Por: María Caal Ical, mcm.
Santa María de Jesús, Sacatepéquez, Guatemala
24.3.24
El 18 y 19 de marzo, en la festividad de San José y 103 años aniversario de fundación de la Congregación de Misioneras Cordimarianas, estuvieron reunidos familiares, la familia Claretiana y Cordimarianas, representantes de la Parroquia Semaji y Sta. María de Jesús Sacatepéquez para celebrar, en la Parroquia San Antonio de Padua Semaji Izabal, la Eucaristía con la ceremonia del Mayejak, por la consagración de votos Perpetuos de Santos Mis Maquin y María Caal Ical, Misioneras Cordimarianas.
Durante la víspera de San José, en la noche, antes de la Santa Eucaristía, los ancianos recogieron las candelas, el pom, que es una aromática proveniente de la resina de un árbol especial en la cultura queqchi, el anillo, el crucifijo y el petate y se colocaron en el altar. Todo esto es muy simbólico en la vida ya que representa pedir a Dios Padre y a la Madre que sostenga la vocación de ellas y a todas las misioneras y los que viven fielmente a la vocación recibida de Dios.
La ceremonia o mayejak celebrada por el P. Abel, cmf fue muy iluminadora. Junto con la ceremonia, el mensaje clave basado en la cultura queqchi fue: “Hay que bendecir la semilla de maíz, antes de ponerla en la madre tierra. Esta semilla ahora dentro de la Iglesia es la vida de Santos y María que van a entregar definitivamente su vida a Dios”. “Semilla vida, es renovación de la congregación y vivencia fraterna”. En la ceremonia, acompañados con el arpa, se transmite armonía y representa una fuerza que viene a adentrarse en nuestras vidas y que nos llama a vivir y avanzar unidos como hermanos. Caminar juntos es a los que nos invita el Santo Padre en este tiempo sinodal. También estuvieron cantando un grupo del coro Parroquial y concluida la ceremonia se compartieron los alimentos como signo de fuerza de unidad de vida, como en las bodas de Caná.
El P. Cesar Espinoza, cmf presidió la Eucaristía de profesión de los votos perpetuos de las hermanas Misioneras Cordimarianas con entrega y disponibilidad, bajo la protección de San José y desde el carisma de la Congregación. En su mensaje destacó que “la vocación nace dentro de la familia” y que luego da sus frutos acompañados de los agentes de pastoral y sacerdotes en discernimiento vacacional.
Estuvieron presente las hermanas del Gobierno General de México y dos hermanas de Honduras, también algunos agentes de Pastoral que con mucha alegría celebraban que ya son dos hijas de la Parroquia las que entregan su vida como mujer Consagrada. Esto es fruto de los trabajos que se iniciaron desde la pastoral juvenil dentro de la Parroquia. No fue fácil ya que debieron romper con la cultura machista en la vida de las mujeres queqchi.
Estamos muy agradecidos con Dios al celebrar este llamado y especialmente en esta Parroquia que las vio de crecer espiritualmente. Gracias a las misioneros claretianos, ya que ellas son frutos de sus esfuerzos y su presencia en esa zona misionera. Han logrado, como San Antonio María Claret, “Arder en Caridad”.
Para las hermanas de la Congregación Cordimariana, fue un momento de mucha felicidad, pues es la primera vez que estuvieron en esta celebración muchas personas de otras culturas, que junto con los misioneros claretianos comparten su vida en este lugar, soñando un nuevo horizonte.
Mi corazón se llena con estas palabras y que serán la clave de mi vida: “la fidelidad es permanecer unida al Espíritu y al Corazón de María”. Una experiencia enriquecedora para mi y mi cultura,que hoy volví a vivir luego de 20 años fuera de mi tierra.