Centro Bíblico Claretiano “Para Que Tengan Vida”, San José Costa Rica, sábado 24 de noviembre del 2018.

Expositor invitado: Profesor José Enrique Ramírez, de la Universidad Bíblica Latinoamericana.

Alrededor de 65 personas asistieron a nuestro cierre de talleres 2018, para dar inicio nos unimos en oración pidiendo a Dios que nos perdone cuando nuestros corazones se endurecen y se cierran, por miedo al que es distinto, al que viene de lejos, al que habla con acento extranjero, al que nos saca de nuestra comodidad egoísta con su clamor y sus justos reclamos y luego cantamos reconociendo que Cristo cruza la frontera para poder trabajar, ilegal y marginado, añorando retornar.

Luego pasamos a la parte de una pequeña reflexión con el texto de Levítico 19,34.

“Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡yo soy Yahvé, tu Dios!”
Reflexionábamos acerca del problema de la homofobia, la xenofobia, la misoginia, el antisemitismo, el racismo, y de toda clase de odio o discriminación, no es sólo la descalificación específica hacia una característica particular, sino el desprecio hacia la persona humana.

En las últimas semanas, el racismo y el rechazo contra los inmigrantes hacia los Estados Unidos se ha incrementado de manera dramática, de modo que hoy en día es una persecución abierta, sin precedentes. Llegando a la conclusión de que levantemos nuestra oración fervientemente en esta hora de angustia para tantas personas cuyo destino está siendo amenazado, o ya definitivamente afectado, por esta grave situación política. No nos olvidemos de que la persecución puede venir sobre cualquiera de nosotros, en cualquier lugar y a cualquier hora, ya sea por razones sociales, raciales o incluso por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

El profesor José Enrique nos aclaraba con un par de ideas acerca de la temática de la migración es la misma que tenemos nosotros hoy día, que la diferencia del mundo de la Biblia es la existencia actual del turismo, que nadie se iba del lugar por querer, los desplazamientos en la antigüedad eran una situación obligada.

1- Primera idea: Nos hace una clarificación de una idea que está muy arraigada en nosotros. Y que todos vemos el mundo desde donde nosotros estamos hacia fuera, e involuntariamente nos colocamos en el centro y cuando se habla de inmigrante se habla de otros pero no nos colocamos en ese lugar. Ante esa visión de las cosas nos vemos como el que da, el que tiende la mano, el bondadoso y ante esa idea aparentemente buena existe una gran equivocación del ser humano, nos consideramos mejores e incluso superiores, por tanto ejercemos un estado de poder. Esto porque se ha crecido viendo las situaciones desde una vida acomodada y esto produce una carencia fundamental no estamos preparados para enfrentar situaciones que nos lleven a un cambio de vida extremo. En el mundo de la biblia la persona podía ser en cualquier momento extranjera por diferentes razones. No podemos hablar de cuántos inmigrantes hay en la Biblia, deberíamos de hacer una corrección en la forma de como vemos a las personas. La Biblia es un libro en el que si tomamos cualquier personaje 9 de cada 10 fueron inmigrantes.
Estos grandes personajes como Moisés, Jeremías, Isaías hablan de los migrantes desde la propia carne, porque ellos lo vivieron. La palabra “Hebreos” significa “ir al otro lado”, “trasladarse de un lugar a otro”. Hebreo es el que estando en un lugar llega a otro. Ser migrante es solo una condición humana que puede cambiar en cualquier momento, ahí se refleja nuestra fragilidad humana.

2- La temática del inmigrante en la Biblia tiene cierto parecido a los refranes, proverbios, dichos. También para referirse al inmigrante se usan diferentes palabras, forastero, extranjero y es mencionada muchas veces en el Primer Testamento y el Segundo Testamento. Se puede atrever a sugerir que la temática del inmigrante puede ser entendida con una parábola, ya que de lo que nos habla en el fondo es de la fragilidad humana. Una persona es inmigrante cuando se encuentra en una situación en la que no sabe qué hacer porque su vida ha cambiado drásticamente. De un momento a otro en vez de tener, carece y en vez de seguridad, teme. Esta experiencia humana no es exclusiva de los inmigrantes, sino de toda persona humana. Se pone en evidencia realidades o necesidades de todo ser humano, solo que en los inmigrantes se puede ver mucho más claro y en forma muy evidente. La fraternidad es algo que no se debe hacer porque es un mandato, sino porque nace, la gratificación no es algo que recibamos, sino que nos humanizamos en los gestos pequeños de cada día, nos Enriquece como personas y tenemos la oportunidad de salirnos de nosotros mismos. No es un favor ni una dádiva sino que son gestos que nos ayudan a encontrarnos a nosotros mismos. No basta con hacer el bien, el gesto adquiere sentido cuando nos damos cuenta de que estamos actuando humanamente. El reto está en vernos a nosotros mismos en las personas a las cuales les tendemos la mano.

El inmigrante nos recuerda a todas aquellas personas, incluyéndonos a nosotros mismos, que no es capaz de salir adelante, sino que lo logra solamente con vínculos de solidaridad y comunidad. Si es esos momentos no existen vínculos de solidaridad, de hermandad es difícil que una persona inmigrante o no salga adelante.

Éxodo 23,9: No opriman al extranjero, ustedes ya saben lo que es ser extranjeros, porque extranjeros fueron ustedes en la tierra de Egipto.

Este versículo tiene 3 oraciones. La frase de en medio es traducida de diferentes maneras. Lo interesante es lo que el texto bíblico fundamenta, la capacidad que una persona tenga para ponerse en los zapatos mismos de una persona, porque uno mismo ha estado ahí. Cuando se ha tenido una experiencia similar uno se identifica con eso también. Es la capacidad que uno tenga de imaginarse lo de la otra persona. El texto se remite a nuestra experiencia. Otro texto muy importante es Levítico 19,34.

Tener la capacidad de entender esa situación, más que un mandato es que hay que hacerlo ya que nos humaniza, nosotros nos humanizamos cuando mostramos signos humanos hacía otros y otras. Es importante saber que al hacerlo, nosotros nos estamos encontrando, descubriendo como personas. Es darnos cuenta que esa persona que está enfrente es nada menos que nosotros mismo. Es actuar humanamente.

Cerramos este momento con el Salmo 39, 13 en donde el profesor nos decía que es clara la imagen que nos da, que la vida es un peregrinaje y que la fortaleza de la fe es la capacidad que la persona tenga en hermandad, en fraternidad superar todas estas situaciones que la vida nos presenta.

Equipo Centro Bíblico PQTV