Por: Geovany González, estudiante de propedéutico
San José Costa Rica
24-10-23
La llamada de Dios sigue resonando cada día en el corazón de muchos jóvenes que se cuestionan cómo Dios sigue contando con ellos para una misión de la cual los invita a ser parte de ella. Por eso, la vocación es un don que Dios otorga a quienes llama, y los capacita para que sean anunciadores del Evangelio, y propaguen el divino amor a toda creatura.
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El pasado 22 de octubre, tuvimos el encuentro vocacional claretiano en Casa de Ejercicios Espirituales en San José Costa Rica, en donde se puede percibir que Dios sigue llamando a numerosos jóvenes que, al estilo de Claret, sean apasionados del Evangelio y que, movidos por su amor, puedan irradiar esa fragancia de Cristo. ¿Pero cómo hacer para responder a esa llamada de Dios? La mejor respuesta sería abandonarse a la voluntad de Dios y dejar que él tome el control de nuestra vida.
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La vocación también es tarea que debe estar cimentada con una vida espiritual sólida, que lleva a asumir un compromiso en la búsqueda de un mundo más justo y fraterno.
Arriésgate como San Antonio María Claret, a dejar todo por ganar todo, y a ejemplo de María que supo decir sí a la llamada divina; porque Dios espera tu decisión, vive unido a Él, escucha su voz y déjate formar en la fragua del corazón de María.