Ciudad de Panamá, Panamá; 22 de junio de 2023.
Por: Catherine Hung Cano.


Siempre sentía esta festividad, como algo de, así como decimos en Panamá, allá ‘onde uno, para referirnos al interior del país.


Gracias a los sueños e inventos de nuestro querido párroco, aprendimos en tiempo “record” hasta cómo pintar la sal.


¡Que cada pastoral haga un altar y de forma opcional, una alfombra de libre diseño! La palabra “Opcional”, fue como decir: ¡Hay que hacer alfombras!


Delicia de estrés en comunidad. Fue un fin de semana en donde muchos trabajamos en la parroquia hasta horas de la madrugada, otros dimos la vuelta al reloj, otros madrugamos como nunca. ¡Ha sido un fin de semana bastante movido!, comentó el guardián de seguridad, cuya respuesta y afirmación se dio con una enorme sonrisa, pues no salían palabras por tanta emoción invadida.


Predios rodeados de colores, cohetes de celebración, altares repletos de flores, alfombras desbordadas en colores, danzas de diablicos que nos reafirman el poder de Dios, Santísimo presente, monaguillos y niños participando, comunidad unida en amor y hermandad. ¡Esto es ser Iglesia, esto es hacer comunidad! La mejor forma de sentir permanencia en algo es cuando siendo parte de, tus manos también forman parte del fruto del trabajo.


Lo hermoso de esta fiesta es que reafirmamos el mayor regalo de Dios, que es Jesús estando presente de forma física y real en la Eucaristía, por medio de su cuerpo y sangre y no solo de forma simbólica, Pero en esta vuelta, también fue espectacular hacer comunidad y darlo todo para honor y gloria de Dios.