Querido Tío Carlos,

Han pasado ya dos días desde que nos dejaste y aquí, al otro lado del mar se nos hace a toda la familia extraño pensar en Panamá sin imaginarte a ti en el centro de ese pequeño país al que tanto amabas, al que tanto diste y tanto te dio.

Recordamos tu último viaje a España llenos de gozo por haberte disfrutado también aquí, la tierra de donde partiste hace mucho tiempo y que siempre se quedó un poquito pegada en tu manera de hablar, en tus gustos en la comida, en tus recuerdos de infancia, en tu tele del salón, en tus fotos más personales. Esas pequeñas cosas están ahora, con tu ausencia, muy presentes en nuestros corazones y se unen al tono de tu voz, tu mirada limpia, tu ilusión por seguir junto a nosotros a pesar de tus dolencias e impedimentos.

Para alejar la tristeza intento recordar los buenos momentos que pasamos junto a ti en nuestros viajes para visitarte, lo feliz que eras cuando llegaba cualquier miembro de la familia, como te desvivías por recibirnos, enseñarnos rincones, gentes, paisajes y hacer que se nos quedaran dentro para siempre.  Tanto te empeñaste en ello que mi hija vino de esa tierra húmeda y soleada y desde el mismo instante en que entró en nuestra vida se ha convertido en un trocito más de Panamá instalado para siempre en España.

Queremos que sepas que todos nos sentimos orgullosos del hombre que fuiste, de tu fuerza, tu tenacidad, tu espíritu luchador, tu ánimo siempre y en cada momento, tus ganas de ayudar, de quitar cargas a los demás y de mostrarnos el lado bueno de las cosas.

Queremos que sepas que todos , cada uno a su manera, te echaremos de menos y, ahora,  te queda descansar después de dedicar tu vida a los que te rodean.

Agradecemos de todo corazón a todas las personas que le acompañaron en su viaje por la vida, a las que asisten hoy a este funeral, a los que le ayudaron y quisieron, a las que formaron parte en algún momento de una existencia tan plena, el haber estado ahí.

Te queremos  mucho. Hasta siempre Tío Carlos.

Tu familia de España