Por: Ingrid Cadamo
Ciudad de Panamá, Panamá
20.11.2025

     En esta edición especial, compartimos el testimonio de uno de los niños que recibirá su Primera Comunión el sábado 22 de noviembre, en nuestro Santuario Nacional del Inmaculado Corazón de María, en Ciudad de Panamá. A través de sus palabras, podemos comprender cómo la semilla de la fe crece en el corazón de nuestros pequeños cuando encuentran un espacio donde son acompañados, escuchados y guiados con amor.

La catequesis no solo les enseña quién es Jesús, sino que les muestra cómo vivir con Él en el día a día: con alegría, con esperanza y con un corazón abierto. Este testimonio refleja la belleza del camino recorrido y nos invita como comunidad a seguir apoyando y motivando a las nuevas generaciones en su formación espiritual.

Niño entrevistado: Aram Moreno Jiménez.
Edad: 10 años
Grupo de Catequesis – Santuario Nacional del Inmaculado Corazón de María.
Entrevista: Catequista Ingrid Cadamo Niño entrevistado: Aram Moreno Jiménez.

1. Mirando hacia atrás, ¿Cuál crees que ha sido el cambio más importante en tu corazón desde que comenzaste el catecismo?
Creo que el cambio más grande es que ahora siento a Jesús más cerca. Antes escuchaba de Él, pero no lo entendía tanto. En estos dos años aprendí a confiar más, a ser más tranquilo y a pensar mejor antes de actuar. Siento que Jesús me acompaña y eso me hace sentir más fuerte por dentro.

2. Si un amigo te preguntara qué significa para ti recibir la Primera Comunión, ¿Qué le dirías?
Le diría que es un momento muy especial porque voy a recibir a Jesús en mi corazón. Que no es solo una ceremonia, sino un día donde Jesús se hace más cercano. Para mí, es como dar un paso importante en mi fe, y eso me hace sentir feliz y emocionado.

3. ¿Hay alguna historia de Jesús que te haya hecho pensar diferente?
La parábola del hijo pródigo me hizo pensar mucho. Me gustó cómo el papá abraza al hijo sin enojarse; aunque él se había equivocado. Eso me enseñó que Dios siempre está dispuesto a perdonarnos y a recibirnos con amor. También me ayudó a recordar que yo también debo perdonar y no guardar rencor. Cada vez que pienso en esa historia, siento que puedo empezar de nuevo.

4. ¿Cómo te imaginas usando lo que aprendiste para ayudar a otros o para ser mejor?
Quiero tratar de ser más paciente y amable. También quiero ayudar más en mi casa y con las personas que lo necesitan. Siento que Jesús me enseñó a pensar en los demás y no solo en mí. También quiero seguir viniendo a misa para seguir aprendiendo y creciendo en la fe.

5. ¿Qué le dirías a otros niños o a los papás que estén pensando en entrar a la catequesis del Santuario?
Les diría que vale la pena. Aquí no solo aprendemos cosas de la Biblia, también aprendemos a conocer a Jesús de verdad. Los catequistas nos enseñan con cariño y uno se siente en un lugar seguro. Creo que cualquier niño crecería mucho aquí, tanto en la fe como en la vida.

6. ¿Qué es lo que más te gusta de venir a la catequesis?
Me gusta aprender algo nuevo cada vez. Cada encuentro tiene algo especial que me ayuda a entender mejor quién es Jesús y cómo quiere que vivamos. También me gusta compartir con otros niños y sentir que todos estamos aprendiendo lo mismo.

7. ¿Es divertido?
Sí, es divertido. Aunque aprendemos cosas importantes, lo hacemos de una forma bonita. Cantamos, hacemos actividades y a veces juegos que nos ayudan a entender mejor las enseñanzas. Nunca siento que sea aburrido.

8. ¿Cómo describirías a tus catequistas?
Son muy amables y explican todo con mucha paciencia. Se nota que aman enseñar sobre Jesús. Siempre nos escuchan y nos ayudan a entender cuando algo es difícil. Para mí, ellos son una parte muy importante de este camino.

9. ¿Qué haces normalmente en un encuentro?
Lo que más hacemos es aprender a través de historias y de obras de teatro. Cuando actuamos las parábolas, siento que estoy dentro de la enseñanza y la entiendo mucho mejor. También leemos la Biblia, hablamos de lo que entendimos y cantamos. Cada encuentro es diferente, y eso lo hace especial.

10. Cuando escuchas el nombre de Jesús, ¿Qué piensas?
Pienso en alguien que me quiere y me cuida. Me da paz y confianza. Jesús es como un amigo que siempre está ahí para ayudarme a ser mejor.

11. Cuando recibas la Comunión, ¿Qué le vas a decir a Jesús en tu corazón?
Le voy a decir gracias por querer estar conmigo. También le voy a prometer que voy a intentar ser mejor cada día: portarme bien, ayudar más, ser más paciente y no olvidarme de lo que aprendí en la catequesis. Quiero que Él esté siempre en mi vida.