Por: Giselle Zamora Arroyo
San José, Costa Rica
19/05/25

     En la Iglesia Católica, el mes de mayo es tradicionalmente dedicado a la Virgen María, y en muchos países, el Día de la Madres se celebra en este mismo mes. Esto tiene un gran significado: María como Madre de Jesús y como Madre nuestra, María es modelo de maternidad y de discipulado.

Para los claretianos, María es la primera discípula y misionera; modelo a seguir en su fidelidad a la voluntad de Dios y en su compromiso en la evangelización. Ella, encarna la escucha de la Palabra, la obediencia y la entrega total a la misión de Jesús.

María tiene una gran actitud de escucha, que para los judíos es esencial y está siempre presente en el SHEMÁ: “Escucha Israel: El Señor, nuestro Dios, es el Único Señor. Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Dt. 6, 4-5). María hace vida esta Palabra, de ahí nuestra identidad como “Oyentes y servidores de la Palabra”.

     Desde la Anunciación, María se muestra como alguien que dice “sí” al llamado de Dios, con una obediencia que la convierte en una figura central en el plan de salvación. Demuestra una fidelidad inquebrantable y es modelo a seguir en el camino de la fe, la esperanza, la comunión y el amor para todos los discípulos y discípulas de Jesús. Sus palabras les anima a ser constantes en la oración y el anuncio de la Buena Noticia.

María es continuadora de la misión de Jesús y para los claretianos ella es inspiradora como modelo de entrega total a la misión y compromiso en la evangelización.

El Día de las Madres, es una oportunidad para honrar y agradecer a ellas, así como para reflexionar sobre el significado de la maternidad. Celebramos hoy, a todas las madres, que con su entrega, sus enseñanzas y su dedicación diaria, escuchan las necesidades de sus hijos e hijas y se desviven por darles una vida digna.

Cabe destacar a María como una mujer sencilla, campesina, de un pueblo pobre de Galilea, Nazaret, un pueblo agobiado por los impuestos de las autoridades judías y romanas, con mucha marginación y mendicidad. Seguramente una mujer iletrada, pero con un gran compromiso social que lo expresa mediante la oración del Magníficat.

     Esta celebración nos permite reforzar la imagen de la mujer como madres y cuidadoras, formadoras y maestras de la vida. Las madres son el elemento fundamental para la enseñanza de los valores humanos y las primeras en fortalecer la fe en las familias.

La maternidad no se limita a la capacidad biológica de gestar y dar a luz, sino que abarca una amplia gama de roles y significados para las mujeres. Las mujeres desempeñan funciones claves en diversos ámbitos, como el laboral, el académico, el social y personal, tienen una gran capacidad de amar y cuidar a otros y otras.

Muchas de nuestras madres latinoamericanas enfrentan una serie de situaciones complejas y diversas, desde desafíos económicos y sociales, hasta la lucha por la integración y la justicia social. Algunas madres son migrantes, cabezas de hogar, y muchas se enfrentan a la violencia y a la desigualdad, mientras que otras luchan por la justicia climática, al igual que lo hizo María en su cántico del Magníficat.

A todas las madres un saludo y reconocimiento por su invaluable labor. Hoy y siempre son un pilar fundamental en nuestra sociedad, gracias por su fortaleza, su valentía, su compromiso, su amor, cuidado y guía para sus familias y comunidades. Nuestro agradecimiento por ser ese motor que impulsa el mundo. ¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!