Por: Andrea Figueroa
Ciudad de Guatemala
25.7.2024
El pasado 21 de julio, más de 70 jóvenes de la ciudad de Guatemala participamos de una misión en Santa María de Jesús.
Un grupo compuesto por confirmandos, pastoral juvenil, catequistas y amigos, unidos por un mismo propósito decidimos hacer vida las enseñanzas de Jesús.
Para muchos jóvenes, esta era la primera experiencia en donde contrastaban su realidad contra la de otras personas en situación de pobreza. Fue un choque duro y crudo, pues nunca habían dimensionado la necesidad que hay en las áreas rurales de Guatemala. Para otros, no era la primera experiencia, más no dejaba de ser duro salir de nuestra zona de confort y aprender de historias que te cambian la vida.
Visitamos enfermos y repartimos víveres a la comunidad, que, aunque fueron sumamente agradecidos con la ayuda, fueron ellos quienes nos dieron más a nosotros. Una de las enseñanzas más importantes de esta experiencia para mí, fue ver el compromiso de la Parroquia de Santa María de Jesús en ayudar a su comunidad, así fueran creyentes o no. A pesar de que estas mismas personas puedan estar atravesando por alguna necesidad, son ellos los primeros en entregar toda la ayuda que pueden a su comunidad.
Este es un perfecto ejemplo de lo que significa ser Iglesia en Salida. Solo así podemos ser discípulos de Jesús, es como hacemos vida su mensaje y lo podemos sentir en nuestros corazones. Hay muchas formas de misionar, pero sin duda, en cualquiera de sus formas es lo que nos hace ser Iglesia, nos da propósito y nos fortalece.