Por: Erick Curruchiche Chex y Gaspar García Alonzo

Usulután, El Salvador
17-6-24

     Queremos compartir nuestros primeros meses en Usulután como etapa formativa del Propedéutico:

A los primeros días de nuestra llegada, visitamos las comunidades que atendemos, y nos recibieron con cariño y alegría al saber que estaríamos un año con ellos. Nos preguntaban sobre nuestro país y nombres, mostrando interés por nuestra cultura.

En nuestra casa formativa somos cinco: dos del propedéutico y tres sacerdotes, los tres de distintas generaciones. Aprendemos desde el ejemplo vivo de ellos, cada uno con su personalidad, lo que hace la convivencia alegre y nos ayuda a aceptarnos mutuamente. Nos encargamos de cuidar y organizar la casa, y compartimos momentos con las otras dos etapas formativas de la Provincia, como lo fue la fiesta del “Inmaculado Corazón de María”.

Realizamos oración comunitaria por las mañanas y tardes, y tenemos misa en casa dos veces a la semana. Estudiamos en línea con la CONFER (Conferencia de Religiosos) de Nicaragua, formándonos con nuestras compañeras de distintos países y con distintos profesores, desde religiosas, sacerdotes, y laicos especializados en su área.

Rezamos el rosario a las 10:00 pm y hacemos oración personal según nuestros horarios. Los jueves dirigimos la Hora Santa en una comunidad. En nuestra vida apostólica, apoyamos a los jóvenes, impartimos temas y catequesis de primera comunión, y participamos en las fiestas patronales de las comunidades. Ya tuvimos nuestro primer Encuentro con los jóvenes de las comunidades.

Todas estas actividades han sido fundamentales para nuestro proceso de discernimiento. Al estar con las comunidades y convivir personalmente con personas de todas las edades, nos sentimos acogidos. Nos abren su corazón y comparten con nosotros. Queremos resaltar especialmente el amor y la alegría con que nos reciben, haciéndonos sentir parte de ellos.