Por: César Augusto Espinoza Muñoz, cmf.

Secretario de Justicia, Paz e Integridad de la Creación. Provincia Claretiana de Centroamérica.

Ciudad San Cristobal, Mixco, Guatemala

17-6-24

     Hace 52 años se celebró en Estocolmo la primera conferencia convocada por las Naciones Unidas para abordar temas ambientales. En el mismo año, en diciembre, en Asamblea General se dispone el 5 de junio para celebrar el día del Medio Ambiente, con la finalidad de que los gobiernos emprendan acciones que favorezcan su protección y mejoramiento.

El tema de este año, “Restauración de la tierra, resiliencia a la sequía y desertificación”, coinciden con el deseo de todo claretiano de “procurar la mayor gloria de Dios y la salvación de la humanidad”; sin lugar a duda la Gloria de Dios es que la Madre Tierra Viva, y si la Madre tierra Vive, se salva la humanidad. La crisis socioambiental pone en riesgo la continuidad de la vida, especialmente de la raza humana. Sequía y desertificación son sinónimos de muerte. Como seguidores de Jesús, el que vino para que tengamos vida en abundancia, estamos invitados a detener esta locura mortal denunciando a los principales responsables de este ecocidio. Restauración y Resiliencia no serán eficaces si las causas que originan la sequía y desertificación no se resuelven.

Desde nuestra Espiritualidad acogemos cordialmente esta celebración, una oportunidad para impulsar los objetivos de la enseñanza social de la Iglesia sobre aspectos ambientales, sustentados por la Biblia, los documentos del Papa Francisco Laudato Si y Laudato Deum; la carta pastoral del CELAM “Discípulos Misioneros Custodios de la Casa Común” y nuestros documentos capitulares. Somos la generación que puede hacer realidad estos sueños de liberación.