Por: Xiomara Pérez
Managua, Nicaragua
21.4.2024

     La Parroquia Guadalupe Corazón de María está ubicada en el populoso Barrio de Monseñor Lezcano, en Managua, Nicaragua, y ha estado activa por más de 50 años a cargo de los Misioneros Claretianos.

La Semana Santa del año 2024 fue celebrada con mucha devoción, fervor y compromiso muy a pesar de las nuevas normativas que establecen realizar las actividades religiosas en el interior de los templos.

Bajo la coordinación del Hermano Fabio Rivas, cmf y en diálogo con el Consejo Ampliado, se elaboró un plan de trabajo para las celebraciones de la Semana Santa que logró involucrar a todos los grupos pastorales tales como Comunidades Bíblicas Familiares, Coro, Pastoral de Medios, Pastoral Social, Catequistas, Custodias del Santísimo, Ministros Extraordinarios de la Comunión y Hermanos del Camino Neocatecumenal.

El plan de trabajo tuvo como objetivo general garantizar que cada una de las actividades y celebraciones litúrgicas propias de este tiempo fueran celebradas con la solemnidad debida y el esmero apropiado. Así, cada grupo con mucho ánimo y determinación cuidó cada detalle de las tareas asignadas.

Fue un gran logro la participación de la comunidad en todas las actividades, todos los viacrucis fueron celebrados con mucha devoción, el Domingo de Ramos nuestro templo estaba lleno de feligreses, se bendijeron y repartieron las palmas fue una hermosa celebración, la Vigilia Pascual realizada en el templo sede se hizo con mucho fervor y colaboración de los grupos pastorales de ambos templos.

El Domingo de Resurrección fue lleno de gozo y esperanza en el Resucitado, toda la comunidad hizo fila para saludar y agradecer al sacerdote Salesiano y al hermano Fabio que nos acompañaron en las celebraciones litúrgicas.

En coordinación con las autoridades eclesiales se recibió el acompañamiento de sacerdotes Diocesanos y Salesiano quienes celebraron las Eucaristías. Las familias atendieron a los sacerdotes invitados, proveyeron la logística para traslados, arreglos florales, los jóvenes del coro practicaron los cantos y cantaron con mucha solemnidad y alegría en las celebraciones.

Damos gracias a Dios por todos los misioneros Claretianos, ya que todo ese desborde de generosidad y servicio son los frutos de su trabajo y su presencia en esta comunidad. Como decía el padre Claret: el hijo del Corazón de María abraza por donde va, esta comunidad se sintió abrazada aún en tiempos difíciles.