Por: Edmanuel Arroliga
Ciudad de San Salvador, El Salvador
7/05/25
En el marco del 75° aniversario de la canonización de San Antonio María Claret, el día 7 de mayo, las dos etapas formativas del Filosofado y el Teologado Claretiano se reunieron en espíritu de fraternidad con el objetivo de vivir esta Eucaristía llena de significado y del espíritu claretiano que nos hace seguir respondiendo a la llamada de Dios.
A la conmemoración del 75 aniversario se une la alegría por el inicio del postulantado de dos hermanos de la etapa del Filosofado: Carlos Bellorín y Edmanuel Arróliga. Quienes ante la presencia de la comunidad deciden dar un paso más en el seguimiento de Cristo al estilo de Claret, con un si generoso y lleno de alegría.
En esta ocasión tan especial, resuena con fuerza la frase pronunciada por el Papa Pío XII el día de su canonización: “un gigante en espíritu”. Frase que nos recuerda que San Antonio María Claret no buscó la santidad como una meta distante, sino que la vivió a través de cada momento, de cada trabajo, de cada dificultad. Su vida no se dividió entre una etapa “ordinaria” y otra “santa”: fue una transformación constante, paso a paso, hasta volverse completamente de Dios. Ese mismo llamado a la santidad cotidiana fue dirigido especialmente a nuestros hermanos postulantes, quienes ahora continúan con este camino de preparación y de profundización para seguir respondiendo al llamado de Dios al estilo de Claret.
La celebración culminó con un ambiente de gozo sereno y profundo. No hubo estridencias, sino la certeza de que la vida consagrada sigue siendo hoy tierra de promesa. Que, en medio de los desafíos del presente, el carisma claretiano continúa encendiendo corazones dispuestos a amar y servir y como el mismo Claret a crecer como gigantes en espíritu.