Por: Paul Robinson
Ciudad de Panamá, Panamá
15.05.2025

     El pasado 13 de mayo, en el Santuario Nacional del Corazón de María, en la ciudad de Panamá, celebramos con gran devoción la jornada Eucarística y Mariana, en conmemoración a la Virgen de Fátima y ante el Inmaculado Corazón de María, el rezo del Santo Rosario.

La Eucaristía fue presidida por nuestro párroco, el P. Freddy Ramírez, cmf., quien en su homilía destacó muchos de los valores y principios que nos envuelven dentro de esta celebración. El llamado al que acudieron los pastorcitos, es el mismo que todo católico debe asumir: Oración, penitencia y paz.

A través de la Palabra, Jesús nos vuelve a hablar con promesa de vida eterna. Quien sigue a Jesús, se vuelve testigo; algo que no es fácil. La Virgen nos dice que hay que estar preparados para la vida eterna. Es María, quien nos prepara y señala a su hijo: ¡hagan todo lo que Él les diga!. Siempre debemos escuchar la voz de Jesús. – enfatizó el P. Freddy.

Luego de finalizada la Eucaristía, se llevó a cabo las cuatro partes del Rosario, en honor a la reconocida como Nuestra Señora del Rosario de Fátima, siendo una de las apariciones con la que se ha manifestado la Virgen María.

     Fueron los mismos pastorcitos quienes narraron que los consejos del sacrificio diario y adoración a Dios Padre a través de la Eucaristía, serían parte de su preparación ante las visitas de la Virgen María y es en su primera aparición que les pide retornar todos los días, a la misma hora y en el mismo lugar, durante seis meses consecutivos con la misión de rezar el rosario. Además, la Virgen pedía la práctica del arrepentimiento, la oración y la penitencia como camino para reparar las injurias cometidas por la humanidad.

En los siguientes meses, los pastorcitos iban a su encuentro con la Virgen, quien a través de ellos, pedía fervorosamente el rezo del Santo Rosario para la conversión de los pecadores y del mundo entero. También solicitó la construcción de una capilla en el lugar; sitio que forjó los cimientos del actual Santuario de Fátima.

El Santuario Nacional del Corazón de María, cuenta dentro de sus reliquias, una astilla de la madera que proviene del ataúd de Jacinta y Francisco, misma que fue exhibida junto a la imagen de la Virgen de Fátima (en cedro, bellamente restaurada) y que nos acompañó durante las cuatro partes del Rosario.

     Los orígenes del Santo Rosario datan del año 1214, cuando la Santísima Virgen se le apareció a Santo Domingo de Guzmán (1170 – 1221), fundador de la Orden de los Predicadores o “Dominicos”, siendo él considerado precursor de esta práctica devota; muy utilizada para hacer frente a las herejías.

El Santo Rosario se compone, en la actualidad, de 20 Misterios como retratos enmarcados de las vidas de Jesús y María, divididos a su vez en las llamadas cuatro partes del Rosario (Gozosos, Dolorosos, Gloriosos y Luminosos) y que constan de 5 Misterios cada uno. En cada misterio rezamos un Padre Nuestro, diez Ave Marías, un Gloria y la Jaculatoria, “Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados. Líbranos del fuego del infierno. Lleva al cielo a todas las almas especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”.

Que se haga la voluntad de Dios y reconozcamos su magnífica presencia entre nosotros. ¡Así sea!