Por: E. Walter Alexander Cuy Vásquez, cmf.
San Salvador, El Salvador
17.03.2025

     San Antonio María Claret, deseaba que toda comunidad fuese constituida como una “colmena” en la cual unos salen y otros entran (Aut. 608), cada uno enriqueciéndose de las vivencias tanto dentro de la comunidad como en la misión con el pueblo de Dios.

Durante los meses de diciembre, enero y febrero, la comunidad formativa del Teologado ha vivido su misión de fin e inicio de año acompañando a diversas comunidades donde están presentes los misioneros claretianos. Ha sido tiempo de gracia y aprendizaje con algunas comunidades en Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Panamá.

     La colmena se conforma con 2 hermanos que vuelven después de vivir su experiencia de Noviciado Interprovincial, 3 hermanos que regresan de su año de misión y 4 hermanos que continúan su formación teologal; acompañados por el formador, el padre Carlos González Burgos, cfm. La comunidad del Teologado claretiano 2025 llegamos con el corazón lleno de nombres, rostros y realidades concretas por donde hemos pasado estos meses y con el compromiso de estar unidos en oración con estas personas que nos han dado valiosos aprendizajes para nuestra vida formativa/misionera.

Con todo lo recolectado en estos espacios iniciamos este año formativo con lo cual queremos poner todo lo recibido como base de nuestro proyecto como comunidad para que, al finalizar el año, tengamos nuevas energías que nos hagan salir dispuestos a ser las manos, los ojos, los brazos de Dios, que estén abiertos a abrazar con ternura y acompañar a los pueblos donde se nos envíe.

Como peregrinos de la esperanza, seguimos las huellas de Cristo al estilo del padre Claret, formándonos en la fragua del Corazón de María.