Por: Hno. Gerardo Bolaños, cmf

     El Pueblo Guna está en el umbral de celebrar los 100 años de su Revolución. Cuando Panamá se separa de Colombia, en el año 1903, el pueblo guna ya era un pueblo con historia, territorio, tradiciones e idioma. Por lo tanto, al crearse la nueva República, el Estado Panameño buscaba la manera de civilizar a las comunidades indígenas, se impuso que las mujeres dules que usaran ropa occidental en vez de su tradicional mola, la expropiación de terrenos, prohibir las tradiciones Gunas, entre otras cosas que llevó a un conflicto sangriento en febrero de 1925.

     Cabe resaltar que, tres años después de este conflicto, el 19 de septiembre de 1928, llegaron a las islas de Narganá y Corazón de Jesús los misioneros Claretianos y las madres Franciscanas, para asumir el trabajo de la educación en la Comarca. No podemos dejar de subrayar algunos rasgos positivos de muchos de los misioneros y misioneras que pasaron durante las siguientes décadas: la sencillez de su presencia, el aprecio y amor por el pueblo guna y su cultura. Cuántas familias y personas pueden dar testimonio de todo esto. Fueron 3 gramáticas de la lengua guna y 2 diccionarios, los escritos durante estos años. Y es significativo que 2 misioneros: la madre Clementina y el Padre Jesús Erice, CMF, que murieron fuera de Comarca, las comunidades reclamaron sus cuerpos y están enterrados en Gunayala.

     En Gunayala, la iglesia no puede pretender ser madre. Solo puede ser hermana y/o aliada. Como Iglesia católica de Gunayala, celebramos y nos alegramos por la revolución de 1925, por los logros conseguidos a lo largo de estos 100 años; pedimos perdón por los errores cometidos por nuestros miembros y los seguimos acompañando.