E. Onel Pérez, CMF
Managua, Nicaragua
21.10.2014
“Para mí, María, su Corazón Inmaculado, ha sido siempre y es mi fuerza, mi guía, mi consuelo, mi modelo, mi Maestra, mi todo después de Jesús”. Claret
En este mes de octubre, mes de las misiones, mes del Rosario, mes claretiano en el cual recordamos a nuestro fundador San Antonio María Claret, como parroquia de Guadalupe Corazón de María hemos querido hacer énfasis en la vida de nuestro fundador con el fin de seguir acrecentando nuestra espiritualidad y nuestro compromiso misionero, trayendo consigo dos pilares fundamentales en la vida y entrega misionera de Claret; El amor a la Eucaristía y el amor a la Virgen María.
Por lo que, el día 13 de octubre por la tarde, recordando la última aparición de la Virgen en Fátima, unimos nuestras oraciones por la misión universal de la Iglesia y de manera especial por las misiones claretianas, así mismo culminamos nuestro acto mariano con un momento de adoración Eucarística uniendo estos dos pilares que sostuvieron el impulso misionero de Claret y que hoy nos mantienen viva la esperanza en medio de nuestra entrega misionera.
Sabemos que si mantenemos vivos estos dos pilares podremos dar buenos frutos, puesto que, al comprender el verdadero sentido de la Eucaristía, alimenta en nosotros el sentido misionero de donarse y repartirse en el servicio a los demás; pero sabemos que esto solo es posible acogiendo como María, la Palabra en el Corazón, meditándola y encarnándola en nuestra vida.