Por: Jorge Rodríguez, cmf
San José, Costa Rica
18.6.2024
“María impregna la pastoral vocacional de la caridad apostólica, la orienta hacia el cultivo de la interioridad que escucha, acoge y encarna la Palabra, y la constituye como fragua donde se templa y se forja la vocación misionera” (DVC #85).
El pasado 8 de junio, los Misioneros Claretianos celebramos la fiesta del Corazón de María, día que fue fundamental para realizar la convivencia vocacional claretiana, en Casa de Ejercicios Espirituales, en San José, Costa Rica. En la misma nos acompañaron siete jóvenes que se encuentran llevando su proceso de discernimiento vocacional desde el carisma claretiano y que proceden de distintas partes del país. En este aspecto, el Corazón de María desde su maternidad espiritual y como formadora, orienta nuestra vocación como oyentes y servidores de la Palabra, para configurarnos con su Hijo Jesucristo.
De ahí la necesidad que la pastoral vocacional tenga esa impronta mariana para suscitar y acompañar las vocaciones para el servicio eclesial, ya que en María encontramos un modelo de interioridad, ya que supo escuchar la Palabra y guardarla en el corazón. Por esta razón, Nuestro Fundador San Antonio María Claret en todo momento reconoce la importancia de María en el desarrollo de su vocación misionera y a quien reconoce como Madre y Formadora.
Que la fuerza del Corazón de María y el espíritu de San Antonio María Claret, sigan animando a muchos jóvenes a decir sí al proyecto claretiano y para estar arraigados en Cristo y ser audaces en la vocación misionera.