Por: Ernesto Bermúdez
Managua, Nicaragua
20.5.2024
El ser humano necesita los medios oportunos para comunicarse, transmitir sus ideas, sentimientos y necesidades. A lo largo de nuestra historia, en todas las civilizaciones, el arte de comunicar se ha venido transformando, desde gestos, señales, dibujos, dialectos o idiomas. Hoy día, gracias al avance de la tecnología, nos comunicamos con muchísimas personas con mayor facilidad.
Dicho esto, es necesario preguntarse: En los aspectos de la fe, ¿Cómo se ha comunicado Dios con el hombre? ¿Cómo fue en sus inicios? ¿Cómo es ahora? Sin duda, el Antiguo Testamento nos recuerda que todo lo creado es gracias a que alguien dijo una Palabra, un “…exista tal cosa…” y así fue, y porque “…Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era Dios…” (Jn. 1,1). Luego, en el Nuevo Testamento vemos a la Palabra, hecha carne: “…Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros…” (Jn. 1, 14). Es este Verbo encarnado quien ha venido para que, con su muerte y resurrección tuviésemos nuevamente la vida y la filiación divina. ¡Nos trajo mensajes de Vida Eterna!
Esos mensajes fueron transmitidos a sus apóstoles que, luego de recibir el Espíritu Santo, dejando todo temor y comodidad, salieron al mundo entero para comunicar la mejor noticia que se puede recibir: ¡Que, en Cristo, tenemos la vida eterna! Y ¿Cómo lo hacían? Pues con muchas dificultades, a través de cartas, visitas apostólicas, viajes extensos para hablar directamente con la gente, etc.
En la actualidad, gracias a tantos hombres y mujeres que han recibido y creído en esta Palabra, es que nosotros también hemos escuchado la Palabra, y la compartimos a través de todos los medios posibles, como nos lo indica San Antonio María Claret. De allí vemos la importancia de los medios de comunicación, para seguir llevando esta buena nueva.
Ahora contamos con equipos para transmitir Eucaristías, programas radiales, televisivos, artículos escritos y digitales como esta revista. Aunque el mundo nos quiera sobreabundar con tanta mala noticia y desinformación, la Palabra de Dios, que es Viva y Eficaz, la recibimos por todos estos nuevos medios y por el servicio de tantos voluntarios que, con poca o nula experiencia, se han adentrado al mundo de la comunicación digital para dar a conocer y difundir la vida parroquial, comunitaria y sobre todo el Mensaje de la Buena Nueva de salvación. Sigamos aprovechando todos los medios a nuestro alcance, al mejor estilo de Claret y sepamos elegir el contenido que nos llega a través de los demás medios existentes.