Por: Rafael Villalobos
San José, Costa Rica
17.4.2024
¿Hoy, has podido abrir el grifo y tomarte un vaso de agua? ¿No tuviste problema para darte un buen baño en la ducha de tu casa?
¿Sabías que:
2.200 millones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura (OMS/UNICEF 2023).
En 2022, 3.500 millones de personas todavía carecían de servicios de saneamiento gestionados de forma segura, incluidos 419 millones que practicaban la defecación al aire libre (OMS/UNICEF 2023)?
Las comunidades luchan constantemente con enfermedades transmitidas por el agua en mal estado, como la diarrea y el cólera, que afectan desproporcionadamente a los niños, niñas y a las familias más vulnerables. Esta crisis de agua no solo es una cuestión de salud pública, sino también un obstáculo para el desarrollo humano y económico, además de perpetuar el ciclo de pobreza y desigualdad.
Ante esta realidad de dolor, es inspirador ver cómo la Familia Claretiana responde de manera proactiva y significativa abordando la crisis del agua mediante la implementación de proyectos comunitarios de agua potable. Estos proyectos no solo proporcionan acceso a agua limpia y segura, sino que también empoderan a las comunidades para que sean parte activa en la gestión sostenible de sus recursos hídricos.
El 7 de abril, Día de la Misión Claretiana, se nos invitó a comprometernos con la recaudación de fondos para tres proyectos de comunidades claretianas: 1) Construcción de baños para las niñas de la escuela St. Peter Scholl, Barikhajuri, Jharkhand, India; 2) Pozo de agua potable para la escuela de Arroba, Angola; 3) Agua para la producción agropecuaria para mejorar la seguridad alimentaria de adultos mayores, La Habana, Cuba.
Alguien se preguntará: “¿qué tiene que ver esto con la evangelización?” El Evangelio tiene una claridad diáfana: «Lo que hiciste a uno de estos hermanos míos más pequeños, me lo hiciste a mí» (Mt 25,40). «Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana» EG 178
Al trabajar junto a las comunidades para abordar sus necesidades más básicas, los misioneros claretianos están construyendo un mundo donde el acceso al agua y al saneamiento no sea un privilegio, sino un derecho humano inalienable para todos y todas. Su labor es un recordatorio poderoso de que, como sociedad global, debemos unirnos en la lucha contra la escasez de agua y trabajar juntos hacia un futuro más justo y sostenible para toda la humanidad.
¡Continuemos apoyando esta misión!