Por: Jessica M. Domínguez D.
Ciudad de Panamá, Panamá
20.1.2024

“La educación es la mejor herencia que les podemos dejar”, crecí escuchando esta frase de mis abuelos y padres; y es que vengo de una familia de educadores de vocación y aprendí la importancia de lo que es una educación integral, en valores, justicia social y basada en pensamiento crítico.

He sido testigo del impacto que un maestro puede dejar en la vida de las personas, porque en muchas ocasiones pasa a ser padre, consejero, ejemplo, proveedor, pero sobre todo inspiración para salir delante de las circunstancias propias de la vida en donde nos haya tocado crecer.

Lastimosamente, Centroamérica enfrenta diversos desafíos que impactan el desarrollo de la región. Factores como la falta de acceso a la educación, la baja calidad de la enseñanza y la limitada inversión en el sector, contribuyen a un panorama complicado. A pesar de avances en algunos países, es crucial abordar estas problemáticas para garantizar un futuro educativo sólido y equitativo en la región.

El reconocimiento del ser humano en todas sus dimensiones, debería ser el eje central del aprendizaje, es un gran desafío, pero es la única garantía para un futuro de prosperidad y bien común.

Es común ver en nuestros países gobiernos que designan presupuestos mínimos para la educación, esto es una verdadera desidia y una gran irresponsabilidad; pareciera entonces que quisieran tener a la población sumida en la ignorancia a fin de que sea más dócil a la hora de elegir un dignatario y cuestionar la gestión pública.

Desde el 2018, el Banco Mundial para el Desarrollo viene advirtiendo que existe una “crisis del aprendizaje” en la educación a nivel mundial. Concretamente, señala que millones de jóvenes estudiantes de países de ingreso medio y bajo podrían perder oportunidades y percibir sueldos más bajos en el futuro debido a que la escuela primaria y secundaria no les brinda las herramientas necesarias para prosperar. Según el reporte, incluso después de asistir a la escuela durante varios años, millones de niños no saben leer, escribir ni hacer operaciones matemáticas básicas.

Centroamérica no escapa a esta crisis, lo vemos reflejado en problemas básicos como la deserción escolar, por diferentes factores: económicos, sociales y políticos, como la migración.

La educación no solo busca preparar mejores profesionales, también debe procurar el desarrollo integral de las personas y comunidades, cultivando virtudes que contribuyan a la construcción de una sociedad más justa y compasiva.

“Gloria al ser abnegado que cuida con amor a la patria, salud; al que pone la luz de la vida en el alma de la juventud…” Himno al Maestro panameño.