Mercedes, Heredia, Costa Rica, 24 de febrero de 2023. Por: Martín Miranda. Profesor del Colegio Claretiano.
La labor educativa va más allá de solo impartir el contenido de una asignatura, se trata de educar en la palabra y visualizarse como un ejemplo. Como punto de partida, esta idea debe ser la base de la esencia de la educación en clave claretiana, donde el educador debe concebirse, no sólo como el profesor que imparte la lección, sino que está invitado a ser un maestro que enseña más allá de una disciplina, enseña para la vida por medio de la aplicación de valores y la divulgación de los mismos.
El educador claretiano debe poner en práctica los valores que inspiraron al padre Claret, y que su presencia se destaque e inspire a otros. Para ello, el valor de la caridad debe primar y ponerse en práctica desde el momento en el que éste ingresa a su clase, promoviendo actitudes de convivencia sana entre sus estudiantes.
Asimismo, sus planes de clase deben tener como eje transversal la compresión de la Palabra, la puesta en práctica de las enseñanzas del Evangelio que busque desencadenar en los estudiantes el impulso de servir a los demás y aplicar valores como el compañerismo, la solidaridad y la inclusión. Que busque hacer con otros lo que solos no podemos, como decía el padre Claret.

Es importante recalcar que los claretianos no se imponen, sino que aprenden a adaptarse a su entorno, para atraer a los demás por medio de la puesta en práctica de los elementos culturales aprendidos de las personas a las que esperan acercarse. Este hecho también se puede vivenciar en las aulas, ya que es una característica de las nuevas generaciones. Esta es una excelente forma de demostrar interés y aprender más sobre sus gustos y afinidades para entenderlos mejor. La comprensión de las formas de comportamiento de las nuevas generaciones es vital para acercarnos a ellas y hablarles sobre las bondades de la misión.
En síntesis, el educador claretiano no sólo es el profesional que llega a comunicarle a sus estudiantes su conocimiento, sino que es el maestro que comparte su sabiduría, obtenida a lo largo de su vida, con sus estudiantes. Es aquella persona que no sólo predica con la palabra, sino que la pone en práctica y se destaca por ello. Es aquel que es lo suficientemente bueno para ser tomado como ejemplo, pues inspira a través de sus acciones.