Por: Carlos Daniel García y Martha Emilia Chávez

San Pedro Sula, Honduras
22.11.2025

     La comunidad de la Colonia Céleo Gonzales, Jesús de Nazaret, de la parroquia Inmaculado Corazón de María del sector de la Rivera Hernández, celebró con mucho entusiasmo el sacramento de la Eucaristía. Desde temprano, las familias se reunieron en la iglesia, donde la ilusión de los niños que recibirían su Primera Comunión llenó el espacio de emoción, sonrisas y miradas llenas de orgullo.

     Los pequeños, vestidos con sus mejores atuendos, avanzaron hacia el altar con pasos tímidos, pero llenos de esperanza. Para muchos padres, ver a sus hijos dar este paso significó más que un acto plenamente religioso: fue un recordatorio de cuánto han crecido y de lo importante que es guiarlos con amor, fe y valores. Los catequistas, que acompañaron a los niños durante el proceso de años, no pudieron ocultar su alegría al verlos vivir este momento tan especial.

     La misa, presidida por el párroco Jeremías Lemus, estuvo marcada por gestos sencillos, pero profundos: manos entrelazadas, abrazos, lágrimas, ver la inocencia y el deseo de acercarse más a Dios. El sacerdote invitó a los niños a recordar siempre que la fe se vive en el corazón y en las acciones cotidianas del diario vivir, y agradeció a las familias por confiar en la iglesia esta etapa tan importante en la vida de sus hijos.

     Al concluir la misa, nuestro templo se convirtió en un espacio de fiesta. Las familias compartieron fotos, pequeños detalles y palabras llenas de amor. Algunos niños corrían felices, sosteniendo su vela, mientras otros permanecían abrazados a sus padres, disfrutando de un momento que quedará guardado en la memoria de todos los hermanos de la comunidad reafirmando nuestra fe.