“Soy comunidad, hago comunidad, soy Iglesia misionera, hago Iglesia misionera”

Por: Giselle Zamora
San José, Costa Rica
16.5.2024

     El sábado 4 de mayo 2024, de 9 a.m. a 12 mediodía, en la Casa de Ejercicios Espirituales, en San José, Costa Rica, tuvimos la oportunidad y el privilegio de compartir la charla impartida por Monseñor Ángel Garachana, cmf, con el tema “La Sinodalidad en la Vida Consagrada”, (para religiosas, religiosos y familia laical en sintonía con la misión carismática).

Iniciamos el encuentro con una oración dirigida por Monseñor y cantando: “Cuando hablas Tú”, disponiendo nuestro corazón, todo nuestro ser, para escuchar, para transformar nuestras vidas y colmar nuestra esperanza. El tema a tratar fue la Sinodalidad, Monseñor quiso centrar su exposición en tres conceptos: COMUNIÓN-MISIÓN Y PARTICIPACIÓN. Términos que están totalmente ligados, pues debe haber participación en la comunión y participación en la misión. Sin participación no hay comunión ni misión.

Todos y todas somos parte de una realidad amplísima. No somos seres aislados o solitarios, no somos islas, formamos parte de una familia, una parroquia, una comunidad, de la iglesia nacional, de un país, de América Latina, del planeta Tierra, del Cosmos entero. Y no solo formamos parte, se da una interrelación, y así se forma una red, todo el mundo es una red de relaciones. Dios es el creador de todo y de todos, lo que tenemos es don de Dios, regalo de Dios. Nuestra actitud primera en la vida es dar gracias, ser agradecidos y agradecidas, es una actitud básica.

Participamos activamente de la realidad de la que formamos parte conscientes y libres, tanto con las personas como con los otros seres, a esto se le llama PARTICIPACIÓN. El vivir en comunidad es una participación en comunión, es tomar parte activa con otros y otras en algo. Participar es hacer con otros en forma activa: trabajar, cooperar, y podemos hacerlo en muchas realidades. Participar en la vida comunitaria y en la misión de la Iglesia.

La Iglesia tiene una doble dimensión: la dimensión COMUNITARIA y la dimensión MISIONERA.

Al unirnos en comunión con Cristo se crea la comunión eclesial (de los fieles y creyentes en Cristo y con Cristo). Lo que nos une como Iglesia es la persona de Jesús, esa es la Iglesia-Comunión. Esta Iglesia-Comunión no existe para ella misma, encerrada en sí misma, la Iglesia por naturaleza existe para evangelizar (anunciar las palabras y obras de Jesús). El Evangelio no es un libro, es una persona, es Jesús y es Él mismo quien la envía. Por eso la Iglesia-Comunidad es MISIONERA.

Enviado y misionero es lo mismo; “Vayan, yo los envío, pónganse en camino”. Somos una Iglesia en salida, en camino. El Papa Francisco dice: “callejeen, no balconeen”. Comunidad misionera o misión comunitaria, eso es la Iglesia.

Todos los miembros de la comunidad están llamados a participar en las dos dimensiones: en la Iglesia comunión y en la Iglesia misión. Todos participan diferenciadamente, según su vocación propia y específica, somos únicos e irrepetibles, y así mismo es su vocación o carisma, que el Espíritu Santo da.

¿Cuál es el fundamento de esta participación de todos y todas? El BAUTISMO, es una condición fundamental; por el Bautismo entramos a formar parte del cuerpo de Cristo y soy Iglesia en forma activa. Cada vocación específica radica en el Bautismo y se despliega en su vida laical o consagrada.

Esta Iglesia es una comunidad de diferentes carismas o servicios (ministerios) dados por el Espíritu Santo. Todos y todas nos necesitamos, unos a otros y otras, y estamos al servicio de los demás. Somos el cuerpo de Cristo, pero en ese único cuerpo de Cristo hay diversidad de carismas y dones que están al servicio de la Iglesia (todos somos Iglesia).

La PARTICIPACIÓN de todos y todas es lo que hace crear el cuerpo y busca el bien del cuerpo total, que es la Iglesia. El carisma dado a una persona, le es dado para COMPARTIRLO con los demás, así surge una congregación, para que ese carisma sea compartido con otros y otras. La Gracia que Dios da es para la MISIÓN; la primera y mejor forma de PARTICIPAR es ser lo que son y vivir la misión en la Iglesia y para la Iglesia. La Iglesia reconoce ese carisma.

Monseñor culminó su charla invitándonos a participar con el espíritu, “La vida consagrada y laical no puede estar aislada del dinamismo de la Iglesia, sintonicemos con la sinodalidad. Esta Asamblea de la Sinodalidad termina en octubre del 2024, pero se debe seguir viviendo en sinodalidad.”

SINODALIDAD: es una idea, un concepto, un abstracto.
SÍNODO: es un sustantivo, una relación concreta.
SINODAL: es un adjetivo, todo lo referido a la sinodalidad.