Por: Pedro y Ana Guadrón y Jorge Flores
San Salvador, El Salvador
20.4.2024

     Los feligreses y habitantes de la colonia Escalón en San Salvador vivieron la conmovedora representación del Vía Crucis celebrado el pasado Viernes Santo, en un recorrido en que las calles vecinas se convirtieron en el escenario que nos hizo revivir los últimos momentos de la vida de Jesús.

Desde tempranas horas, fieles y devotos se congregaron en la Nunciatura Apostólica para acompañar este camino de reflexión y fe.

Las palabras de apertura y bendición de la concurrencia estuvieron a cargo del nuncio apostólico Monseñor Luigi Roberto Cona, quien, junto con las hermanas de la Divina Misericordia, acompañaron durante las primeras tres estaciones. El párroco José Vidal Pérez, primera voz en el Vía Crucis, inició la procesión e invitó a la feligresía a contemplar el sacrificio de nuestro Salvador Jesucristo. Y así partió el Vía Crucis, con transmisión en vivo por las redes sociales de la Parroquia Corazón de María, y dramatizado por los jóvenes de las comunidades; que, dicho sea de paso, son jóvenes que cuentan con edades a partir de los 10 años, y que sus atuendos son confeccionados por Celia Barahona, Sub-Coordinadora General de las Comunidades.

Cada estación del Vía Crucis fue una oportunidad para contemplar el sacrificio y el amor de Jesucristo. Toda la feligresía se unía en oración y meditación, llevando consigo la carga simbólica de cada paso de Jesús hacia el Calvario, un rol muy bien ejecutado por Jaime Lobato.

La organización del Vía Crucis estuvo a cargo de Pedro Trejo, Coordinador General de las Comunidades, quien a su vez es parte del elenco con rol de Poncio Pilato. Es importante mencionar que la preparación del Vía Crucis comenzó a realizarse desde finales de enero, en la cual participan líderes de las seis comunidades de la Parroquia Corazón de María.

El esfuerzo y la dedicación de estos jóvenes se hicieron evidentes en todo momento. Tanto niños como adultos concentraron su atención en el Vía Crucis. Los más pequeños, con sus inocentes miradas y gestos llenos de devoción, nos recordaron la importancia de transmitir la fe de generación en generación. Mientras tanto, los adultos, con su compromiso y entrega, guiaron el camino con su ejemplo, inspirando a todos los presentes a vivir con autenticidad los misterios de la Pasión de Cristo.

Que este recorrido nos haya inspirado a vivir con autenticidad nuestra fe, a abrazar la cruz con valentía y a caminar juntos hacia la luz de la resurrección.