Por el P. Aldo Ardines, cmf.
“Ya no los llamo siervos, los he llamado amigos” (Jn 15,15).
El 7 de diciembre del 2020, vísperas a la Fiesta de la Inmaculada Concepción, se realizó la ordenación diaconal de Wilmer Aguilar Bone, cmf., de manos de Monseñor Pedro Hernández Cantarero, cmf., en la Iglesia de La Palma, Darién, Panamá.
Asistieron del Gobierno Provincial a la ordenación los PP. Ismael Montero, cmf., superior; y Manuel Sánchez, cmf., secretario. También participaron algunos misioneros claretianos de la zona misionera de Darién y del clero diocesano del Vicariato. Es necesario aclarar que el P. Eric Fernández, cmf., quien es superior de la comunidad de Darién, no pudo asistir a la celebración porque se encontraba en cuarentena por precaución, debido a que tuvo contacto con positivo de COVI-19.
Por la pandemia, la asistencia de la feligresía fue reducida al 25% de la capacidad del templo para cumplir con los protocolos de bio-seguridad del Minsa (Ministerio de Salud en Panamá).
En la homilía, Monseñor Pedro resaltó que la vocación diaconal es un don de Dios. Toda una gracia que Wilmer debe aprender a cultivar y cuidar con la entrega en el servicio a los demás y la oración, la cual lo debe llevar a experimentar una relación más íntima con Jesucristo. Asimismo, expresó que uno no se ordena diácono para ser protagonista en la Iglesia, sino para servir. Es un ministerio que se ejerce toda la vida.
Al final, los miembros de la pastoral Afro de la zona misionera de La Palma le entregaron a Wilmer un detalle y lo felicitaron por su entrega generosa. Después se tuvo un compartir breve con las personas que asistieron a la ordenación.