Por E. Fabio A. Rivas G., cmf; San Salvador, 24 de octubre de 2020.

En el contexto de la celebración de los 150 años de la pascua de nuestro fundador, San Antonio María Claret, el pasado sábado 24 de octubre, hicieron su profesión perpetua cinco de nuestros hermanos de último año de teología: Jorge Luis Rodríguez Hernández, Orlan Antonio López Ramírez, David Martínez Gómez, Josué Edilberto Lemus Cruz y Bismark Sánchez Córdoba, cmff. Fue una fiesta llena de emociones y llena de signos, que, a su vez nos hicieron ir a nuestras raíces, la identidad netamente claretiana.

Desde un día antes de la solemnidad, los nuevos profesos llenos de alegría por el paso que darían, fueron a practicar a la parroquia Corazón de María, la fórmula de la profesión y los pasos a seguir en la liturgia eucarística al día siguiente.

A pesar de las vicisitudes del contexto pandémico que vivimos, fue un acontecimiento único y especial. El 24 de octubre, ya listos para la Santa Eucaristía, el templo estaba lleno, con toda su capacidad de asistencia según el protocolo de salubridad por el Covid-19 (150 personas). Todos en su mayoría eran religiosos y religiosas de las Nuevas Generaciones CONFRES (Conferencia de Religiosos/as de El Salvador); también nos acompañaron laicos y laicas de Usulután, San Salvador, y de otros lugares con quienes los estudiantes han trabajado en sus apostolados durante los últimos años de su formación inicial. La asistencia de los padres de Usulután, Joaquín González y Hugo Asturias, cmff, fue de mucha cercanía para con la casa formativa y los asistentes.

La misa fue presidia por el P. Carlos E. González Burgos, cmf, prefecto de formación para Centroamérica, de sus manos recibieron los Votos Perpetuos en nombre del P. Ismael Montero, cmf, provincial. Fue un momento muy emotivo cuando cada uno leyó su consagración para siempre. La distancia de sus familiares y demás personas que deseaban estar presente, no se hicieron esperar, pues desde las redes manifestaron su sentir comentando en la transmisión en vivo de la Eucaristía su alegría de verlos dando un sí definitivo. El P. Carlos en su homilía, recordó cuál es nuestra vocación en el pueblo de Dios, el ministerio de la Palabra, su escucha como María y su anuncio como Claret; instó a los jóvenes profesos que el seguimiento a Jesucristo es radical, con opciones claras sin pretensiones y sin temores. Es un sí perpetuo hasta que el Reino de Dios alcance su plenitud, para eso fuimos fundados como misioneros desde el sentir de Claret y todos los claretianos que nos han precedido.

Los padres claretianos de la Iglesia Corazón de María de Escalón se mostraron cercanos al brindar el espacio de la parroquia y seguido el almuerzo con todos los invitados en la escuela. Guardando la mayor distancia posible, pudimos celebrar y compartir con todos los invitados la alegría de la consagración de los nuevos profesos de la Congregación. Dieron su sí de pobreza, obediencia y castidad para siempre en un tiempo difícil de pandemia y extrema pobreza, grandes retos asumirán nuestros cinco hermanos cuando sean destinados a la misión permanente, por eso seguimos orando por las vocaciones para que todo esto sea fruto de nuevas vidas enamoradas de las almas y la mayor gloria de Dios. Sin duda alguna, fue una profesión fuera de lo normal, rica de emotivas vivencias y de encuentro extraordinario con los demás.