Por: Enoc Villarreal M.
Ciudad de Panamá, Panamá
22-9-2025
Ya hace medio año que inicié mis estudios en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona (ISCREB). Me matriculé por la recomendación del P. Freddy Ramírez, quien una noche me dijo que sería un buen refuerzo para mi camino de fe, sobre todo aprovechando que se nos daba la oportunidad gratuita a los laicos de la parroquia para incursionar en dichos estudios relacionados a la Sagrada Biblia.
He terminado mi primer período de estudio en el cual aprendí sobre los “Libros Históricos del Antiguo Testamento”. Nunca en mi vida había estudiado de forma tan profunda sobre los textos bíblicos en la manera como nos enseñan en el ISCREB. En momentos de mi juventud consideré leer la Biblia completa, pero no fue sino llegar al libro de Números, y con tantas reglas que se narraban capítulo tras capítulo, me di por vencido; tomando en cuenta también que no entendía casi nada de lo que leía por no tener tampoco una inducción previa. Había descartado la posibilidad de leerme la Biblia puesto que decía que era muy pesado hacerlo.
De manera sorpresiva, estas primeras cinco unidades del curso que terminé hace poco más de un mes, me ha llevado a leer alrededor de cinco libros del Antiguo Testamento con gran interés, ya que la metodología y el material de estudio me da las herramientas para profundizar en los distintos contextos de dichas Escrituras: contexto histórico y teológico, así como la información de la autoría de dichos textos.
De verdad que me siento sumamente agradecido con esta gran bendición que tengo de poder aprender de las Sagradas Escrituras de manera tan profunda y clara. Hasta el momento, me ha tocado un profesor que es Misionero Claretiano en España, él se apoda como “P. Eme”, ya que como el dice, su nombre es algo complejo. Antes de comenzar cada una de las cinco unidades (las cuales cada estudiante va desarrollando a su tiempo, aunque con un plazo fijo de entrega), el P. Emeterio tenía una reunión virtual con todos para hacernos la introducción a lo que se venía con dicha unidad. El tiempo apremiaba y aprovechaba para hablarnos muy detalladamente de cada punto y sobre cómo tendríamos que desarrollar nuestras respuestas, además de la manera más práctica para estudiar y prepararnos.
Después de recibir la inducción, el momento se prestaba para conocernos un poco y el P. Eme en alguna que otra ocasión amenizó ese espacio virtual con una pieza de flamenco, tocando con maestría la guitarra y cantando.
Algo que se requiere para cursar el ISCREB, es disponibilidad de tiempo para leer y estudiar bastante, puesto que como decía, me tocó sacar el espacio para leer los libros de la Biblia correspondientes al curso, ya que era la mejor forma para entender la unidad y desarrollar las respuestas con el mayor acierto.
Al momento de recibir las correcciones sobre mis desarrollos, el P. Eme no escatimaba en señalizar todas las fallas tanto del contenido, como también los errores ortográficos. Pero siempre lo hacía con mucho tacto y, sobre todo, reconociendo más que todo las cosas positivas. Podría decir que su corrección siempre ha sido fraterna, buscando que aprenda y logre cada vez mejores resultados.
En fin, es un curso que recomendaría a cualquiera que tenga el interés de profundizar en la Biblia y que por tanto esté dispuesto a dedicar tiempo de calidad para estudiar y conocer de la Palabra de Dios.