Por: D. Gabriel Klau, cmf.
San Salvador, El Salvador
16-11-2024
La experiencia de los discípulos preparando la comida pascual para Dios, fue una experiencia de fe, que los llevó a una entrega total a la voluntad de Dios. Dios les dio una misión y la hicieron bien. Esta experiencia de fe también la vivieron dos jóvenes misioneros, aunque en un contexto diferente. La respuesta “sí para siempre” en la celebración de los Votos Perpetuos es una forma real de entrega para implicarse en la misión de Dios. Al igual que los discípulos de este texto, Byron Uriel Calero, cmf. y Jorge Luis Morales, cmf., se han dispuesto a aceptar y llevar a cabo la misión, como voluntad de Dios. Por supuesto, este espíritu de preparación no se debe sólo a su apertura personal, sino también a que Dios realmente los necesita.
El sábado 16 de noviembre fue la fecha elegida. El lugar, la Parroquia Corazón de María, en Escalón, San Salvador, El Salvador.
Frente al pueblo de Dios, con pasos decididos, sin vacilaciones y sin miedo, y con plena confianza, se entregan totalmente a participar del proyecto salvador de Dios, convirtiéndose en colaboradores de Dios en el espíritu claretiano. Se definen como misioneros apasionados y llenos de amor, que están listos para ser enviados a donde la Iglesia y la Congregación los necesita. Esto da garantía y compromiso para iniciar un nuevo paso en la vida misionera.
Así, la emisión de votos perpetuos no es el final del camino misionero claretiano, sino el precursor o signo del inicio del camino misionero en la vida actual. Este nuevo viaje realmente requiere preparativos minuciosos para satisfacer las necesidades de la misión. No sólo la auto-preparación como el conocimiento, sino también la preparación espiritual es el fundamento principal en la aventura como consagrado a Dios. Otra cosa que también es importante es encontrar formas nuevas y creativas, que favorezcan la disponibilidad para responder a la necesidad de la misión.