Teologado Claretiano de Centroamérica, El Salvador
Por: E. Guillermo Sánchez, cmf
23.9.2024
“Nuestra participación en la misión nace de la acción del Espíritu en nosotros y a través
de la Palabra de Dios escuchada, orada, compartida y ofrecida a otros” (MS 3.1).
Después de una semana dedicada a la formación académica y carismática, cada sábado me dirijo a el Centro Bíblico Monseñor Romero en Usulután, donde realizo el apostolado. Al llegar me uno a las tareas pastorales junto a mis hermanos claretianos P. Mauricio Borge, P. Oscar Barrera, P. Mario Artavia, cmf., A. Erick Curruchiche y A. Gaspar García.
La pastoral aquí es diversa y requiere de mucha creatividad y perseverancia, pero toda ella está enfocada desde la Palabra que ilumina y anima el caminar de la “Iglesia Pueblo de Dios”. En compañía de mis hermanos del propedéutico, Erick y Gaspar, en el Caserío el Botoncillo, “nos acercamos a los jóvenes y caminamos con ellos” (Q.C 63) específicamente desde los círculos bíblicos. Es una experiencia que nos ayuda a acercarnos a la Palabra, compartir desde la realidad que viven los jóvenes y encontrar luces que iluminen y den esperanzas a sus sueños y anhelos más profundos.
Por otra parte, con el objetivo de contribuir en el proyecto de formación permanente de la Diócesis de Santiago de María, desde un área teológico-pastoral y bíblica, estamos apoyando a la formación de agentes pastorales, en la Parroquias San Juan María Vianey de Usulután. Esta experiencia me brinda la oportunidad de compartir y aprender tanto de mis hermanos mayores como de los agentes de pastoral que en la cotidianidad hacen vida la Palabra que compartimos en los talleres.