Por: Geovany González
San Salvador, El Salvador
20.4.2024

     La misión de Semana Santa fue una experiencia muy formativa, que me ayudó en mi proceso de discernimiento. Me sentí muy acogido por las personas de la comunidad Olomega, en el departamento de La Unión y el presbítero Agustín Romero, así mismo con la compañía de Gabriel Dion Klau, cmf, puesto que aprendí mucho de él.

En la comunidad visité enfermos, trabajé con niños, jóvenes y adultos. También visité otras comunidades y celebré la Palabra. Había comunidades donde tuve que celebrar solo con cuatro personas. Al principio me desanimó un poco, sin embargo, esta experiencia me ayudó a descubrir que verdaderamente se cumple la Palabra, que donde dos o más estén reunidos en nombre de Dios, ahí estará presente Él.

Tuve la oportunidad de visitar una laguna cerca de la comunidad donde estaba y probar sabrosas comidas. Quedé encantado con la amabilidad de las personas que nos invitaban a sus casas a compartir con ellos. Hubo momentos donde nos invitaron a salir a lugares turísticos y nos divertimos mucho.

Para mí la misión me ayudó a entender un poco más el misterio de Dios. Un misterio que no se vive si uno no sabe dónde está o dónde quiere estar.

Fue una misión llena de experiencias muy agradables e importantes para Gabriel que ya casi termina su proceso formativo, así como para mí que estoy iniciando este camino. De igual forma, aprendí mucho y estoy muy contento por esta nueva experiencia. Agradezco primeramente a Dios y la comunidad claretiana por la confianza y la oportunidad que me otorgaron al enviarme de misión a esta comunidad.