Barcelona, España; 20 de agosto de 2023.
Por: Yeira Edith Jiménez Romero

Mi ilusión por la JMJ nace desde Alemania 2005. Sueño tan antiguo como la hermosa Lisboa, una de las ciudades más antiguas de Europa.


Crecía con los años, la vocación de servicio dentro y fuera de la Iglesia. Uno muy especial -catequista de confirmación- otro, movimiento Emaús; ambos canales me integraron al equipo de voluntarios en JMJ-Panamá 2019, quedando encendida la llama.


Este año, el 28 de julio viajé como peregrina hacia Portugal, muy feliz de pensar en abrazar a la subdelegación del Santuario Nacional del Corazón de María que llegaría desde Panamá.


La pre-jornada en Familia Claretiana: recepción, catequesis, dinámicas grupales, Eucaristías, compartir durante comidas, cortos descansos; amena preparación para la semana en Lisboa. Grandiosa experiencia. El esfuerzo conjunto de voluntarios, familias y diversos sectores del país europeo, quienes nos acogieron, dejaron una maravillosa huella de amor.


Los más gustados. Encuentros Raise UP de tres temas: Ecología integral, Amistad social, Misericordia. Feria Vocacional nutrida de modelos de vidas cristianas. Ocasiones para confesión y adoración Eucarística. Riquezas en composiciones musicales y dotes artísticos puestos en escenarios. Viacrucis dramatizado. Una Ría de personas y culturas, risas, miradas, tonadas e intercambios. Todos con sed de guardar la memoria de un encuentro sinigual, con los otros.


¡Grande! la bendición del Santo Padre Francisco, su espiritualidad arrolladora. Concluyo en su voz: “Dios es Padre que nos llama y nos ama”, “La Madre del Señor es nuestra Madre también”, “No somos un algoritmo… tenemos un rostro y así como somos Dios nos ama”, “En la Iglesia hay cabida para todos”.