Managua, Nicaragua; 24 de junio de 2023.
Por: Teresa Tijerino

En este año estamos celebrando los 100 años de la llegada de los primeros misioneros claretianos a Panamá, inicio de lo que sería posteriormente la fundación de la provincia Claretiana de Centroamérica. Sin duda este hecho marca un hito en la misión y evangelización de los Hijos del Inmaculado Corazón de María, y tal evento nos impulsa a conocer más de los orígenes.

  1. ¿Nos podría contar cómo se inspiró Claret para, al momento de fundar la congregación junto con sus compañeros, poder ponerla bajo el cuidado y patrocinio del Inmaculado Corazón de María?
    Aquí le respondo con palabras del P. Josep María Abella Batlle CMF y de San Antonio María Claret. “De sus padres, de sus formadores y maestros y, sobre todo, del pueblo sencillo que ha sentido siempre muy cercana a María como Madre llena de ternura, aprendió a fijar su mirada en el Corazón de María para descubrir en él ese tesoro de misericordia y de amor que le impactó profundamente hasta conformar su propia fe y su vocación misionera: Formado en la fragua de vuestra misericordia y amor”. “Tu pusiste la naciente Congregación en las manos y, sobre todo, en el Corazón de María porque sabías que fue Ella quien sostuvo la fe vacilante de la primera comunidad cristiana y la dispuso, con su palabra y su testimonio de discípula fiel, a abrirse generosamente al don del Espíritu. La querías presente en la Congregación como fuerza cohesionante de la comunidad de tus misioneros e inspiradora de su trabajo evangelizador.” Y estas son las palabras que leemos en el Capítulo XXXIV N° 488 de la Autobiografía de San Antonio María Claret: “A mediados de mayo llegué a Barcelona y me retiré a Vich, y hablé con mis amigos los Señores Canónigos D (Jaime) Soler y D. (Jaime) Passarell del pensamiento que tenía de formar una Congregación de Sacerdotes que fuesen y se llamasen hijos del Inmaculado Corazón de María”.
  2. ¿Qué es según Claret, ser un Hijo de este Inmaculado Corazón?
    Esto es lo que Claret nos dice en el N° 494 de su Autobiografía; “Yo me digo a mí mismo: Un hijo del Inmaculado corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura por todos los medios encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.”
  3. María es la estrella de la nueva evangelización. ¿Cómo vive la congregación la compañía de María en su misión hoy día?

Anunciando digna y fructuosamente el Evangelio nos llamamos y somos de verdad Hijos del Inmaculado Corazón de María.

  1. ¿Siente usted la compañía de la Virgen en la misión que ha desempeñado a lo largo de su trayectoria como misionero? ¿Cómo es su relación con su madre, maestra y formadora, como definió Claret a María?
    Tengo 62 años de pertenencia a esta Congragación amada y, desde mis primeros años de Postulantado hasta el día de hoy, siento el amor maternal de la Virgen María cuidando de mí y animándome en todo momento a sentirme su hijo y a “ser saeta puesta en sus manos poderosas para llegar con fuerza a los corazones de quienes nos escuchan y hacerles redescubrir el amor de Dios en sus vidas”.
  2. ¿Nos puede compartir tres aspectos del corazón amoroso e inmaculado de María?
    Corazón amoroso de madre que nos cuida, corazón amoroso de maestra que nos enseña y corazón amoroso de mujer valiente que nos lanza al encuentro de nuestros hermanos y hermanas, los más pequeños, los más pobres, los más necesitados donde quiera que estén y vivan.
  3. Por favor, compártanos un mensaje que motive a las personas a ver en María y su corazón, un refugio seguro, e impulso para nuestra misión de apóstoles en la cotidianidad, en lo sencillo. Amar como María y ser fiel como ella. Recibamos, como Juan, a María en nuestra casa y, como ella en el Cenáculo, oremos siempre implorando el Espíritu Santo.
  4. Para terminar, un mensaje a toda la familia Claretiana en el contexto de estos 100 años de misión Claretiana.
    Cien años de camino, apenas un breve comienzo, no nos soltemos de la mano de María y, con ella, sigamos haciendo camino en estas tierras benditas de Centroamérica y Panamá.