Panamá, 22 de febrero de 2018

“Esto dice el Señor: Clama a voz en cuello y que nadie te detenga. Alza la voz como trompeta… El ayuno que yo quiero de ti es este: que rompas las cadenas injustas y levantes los yugos opresores; que liberes a los oprimidos” (lsaías 58, 1.6).

Como Superior Provincial de las comunidades de los Misioneros Claretianos en Centroamérica, me solidarizo con el pueblo hondureño y con tantas víctimas y sus familias por lo sucedido en estos últimos meses y lo que sigue sucediendo a causa de la represión por parte del gobierno hondureño. Con este comunicado quiero respaldar y dar mi apoyo, también, a todos mis hermanos Misioneros Claretianos que están en Honduras y están acompañando al pueblo que exige la verdad y la justicia.

Nada justifica las muertes y la represión. Y menos, cuando son por el derecho de la protesta 0 de manera indiscriminada. Manifestamos nuestro repudio por estos graves abusos a los Derechos Humanos, y hacemos un llamado a la comunidad internacional a solidarizarse y apoyar al pueblo hondureño para que prevalezca la justicia, la verdad y la paz en esta amada República.

Nos solidarizamos con los familiares de las víctimas que han derramado su sangre por causa de la verdad y la justicia. También con los apresados de manera irregular; algunos de ellos, agentes de pastoral y colaboradores de las Parroquias que se nos han encomendado en Atlántida y Cortés. Hoy nos hemos enterado de la detención injustificada de doña Aquilina Guerra en la Parroquia de Arizona. Se le acusa de fabricar armas, cuando la conocemos de siempre por ser experta en cocina y elaborar el pan. Exigimos la libertad de ella y de todos los apresados injustamente.

Nos ponemos del lado de las organizaciones que hay en Honduras exigen la defensa de los Derechos Humanos y la libertad de los detenidos por ejercer el derecho a la protesta.

Nos preocupa tanta mentira pretendiendo distraer de lo fundamental: unas elecciones con numerosas irregularidades, tantos privados de su vida y su libertad, y muchos intereses financieros al servicio de pocos.

Seguiremos con los ojos puestos en Honduras y gritando por nuestros medios lo que allí está pasando. Seguiremos en esta Cuaresma que hemos iniciado escuchando y proclamando la Palabra que da vida.

“Podrán matar al profeta; pero su voz de justicia, no; y le impondrán el silencio; pero la historia no callará”.

 

P. Ismael Montero Toyos, cmf.

Provincial de los Claretianos de Centroamérica.