Guna Yala, Panamá; 24 de junio de 2023
Por: E. Guillermo Sánchez, cmf.

Guna Yala, es una de las cinco comarcas que posee Panamá y está ubicada a lo largo de la costa caribe, desde el borde este de la Provincia de Colón hasta la frontera con Colombia. Su población se encuentra ubicada en islas de origen coralino, de 371 islas 40 están habitadas. En sus relatos, los gunas cuentan que al principio vivían en tierra firme y allí cultivaban y cazaban, pero con el tiempo fueron estrechando la relación con el mar; la pesca era fructífera y había posibilidad de comercio.

A medida que se fueron acercando a las islas baldías las fueron adecuando y convirtiendo en un lugar habitable, pero su relación con la tierra firme se ha mantenido siempre, tierra y mar están íntimamente ligadas a la vida y subsistencia de este pueblo. Para los gunas la tierra (Napguana) es la madre y el mar es la abuela (Muubilli); por lo tanto, los padres enseñan a sus hijos a respetar y cuidar a la abuela mar. Tal como las abuelas gunas tratan a sus nietos: los cuidan y les dan lo mejor, así también es Muubilli, ella da los peces para que el pueblo se alimente.

Pero, lastimosamente la abuela mar está herida, se ha desbordado en generosidad, pero sus nietos nos hemos beneficiado y no la estamos cuidando como es debido. Hay factores que están modificando el entorno marino en Guna Yala, a los cuales hay que prestarle mucha atención; primero está la sustracción de sus recursos para diversos fines y segundo, la falta de tratamiento en cuanto a la basura y desechos en las islas, estas se vierten directamente al mar, sin medir las consecuencias.

A faltas de recursos, desde hace mucho tiempo, los gunas utilizan los corales para ampliar sus islas y construir sus casas, pero según algunos biólogos, esto ha provocado “que los fondos marinos de Guna Yala hayan pasado de una cobertura coralina del 60% en 1970, al 13% en el año 2000”, con ellos ha disminuido la presencia de peces en la zona y los oleajes son cada vez más agresivos. De igual forma, ante la necesidad de deshacerse de los residuos, los arrojan al mar, las olas los devuelven y las orillas de sus islas están cubiertas de plástico, latas, baterías y un sinnúmero de basura que afecta la salud de los habitantes y opaca la belleza de las islas.

Por lo tanto, el 8 de junio día mundial de los océanos, es el tiempo propicio para hacer un llamado a subsanar las heridas que le hemos causado a Muubilli y todas las especies marinas. El mar es nuestra abuela, no un vertedero de basura que podemos tratar a nuestro capricho.