Por: Rafael Villalobos Segura
Heredia, Costa Rica
8.11.2023

Costa Rica, conocida por su rica biodiversidad y su compromiso con la sostenibilidad ambiental, ha enfrentado desafíos significativos en relación con la minería y el extractivismo en las últimas décadas. A pesar de su apuesta por la protección del medio ambiente, el país ha experimentado una tensión constante entre la explotación de recursos naturales y la conservación de sus ecosistemas únicos.

El país tuvo una larga historia de minería de oro y otros metales preciosos durante la época colonial, pero a medida que se comprendieron los impactos ambientales y sociales de la minería a gran escala, el país se inclinó hacia políticas de protección del medio ambiente. En 2002, el gobierno costarricense prohibió la minería a cielo abierto en un esfuerzo por preservar sus recursos naturales.

A pesar de la prohibición de la minería a cielo abierto, Costa Rica sigue enfrentando desafíos en el sector extractivo. Uno de los principales problemas es la minería ilegal, que persiste en diversas regiones del país y conlleva riesgos ambientales y sociales. Además, el país se encuentra en una encrucijada, ya que algunos argumentan que la minería responsable podría ser una fuente de ingresos significativos, mientras que otros se oponen enérgicamente por temor a los impactos negativos. Intereses económicos de grupos poderosos con gran influencia en medios de información alientan el regreso a la explotación minera.

Sin embargo, cada vez hay una mayor conciencia sobre el impacto negativo que tiene la minería y el extractivismo en los ecosistemas que son vitales para la biodiversidad global. La deforestación, la contaminación del agua y la degradación del suelo son preocupaciones ambientales fundamentales.

Además de los problemas ambientales, la minería también plantea desafíos sociales. Las comunidades locales pueden verse afectadas por la reubicación forzada, la pérdida de medios de vida tradicionales y la tensión social.

La discusión es fuerte porque es un tema polémico. El país enfrenta la tarea de equilibrar la generación de ingresos y la preservación de sus valiosos ecosistemas. A medida que se avanza hacia el futuro, es esencial encontrar soluciones sostenibles que respeten tanto la naturaleza como las necesidades de las comunidades locales.

Es vital mirar siempre a largo plazo, teniendo como horizonte garantizar un futuro sostenible para las generaciones futuras.