“¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada? En todas estas circunstancias salimos más que vencedores, gracias al que nos amó.” Rom 8, 35.37

A todos los hermanos y hermanas de buena voluntad, reciban un saludo sororal y fraterno de paz en nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Queremos compartir con ustedes que hemos tenido nuestro primer Triduo Teológico de Religiosos y Religiosas Consagradas, celebrado del 01 al 03 de Agosto del año 2014. Hemos participado las Mensajeras de la Inmaculada, Dominicas Misioneras de San Sixto, Misioneras de Marilan, Hijas de la Caridad, Hermanas de la Caridad de Santa Ana, Franciscanas de la Asunción, Misioneras Cordimarianas, Franciscanas Oblatas del Sagrado Corazón, Misioneros Claretianos, Franciscanos Menores y los Clérigos de San Viator.

Nos encontramos motivados en este Triduo Teológico por el “hambre y sed de justicia” que hay en nuestros corazones. Unidos quisimos sentir y ver donde clama la vida en Honduras.

La dinámica del encuentro inició con un acercamiento crítico a la realidad. Con una mirada de fe para escrutar los signos del Reino y su negación. Se escuchó el gemido de la realidad iluminado por una reflexión bíblica desde la clave de Justicia, Paz e Integridad de la Creación, junto con la iluminación de algunos documentos de la enseñanza social de la Iglesia que alientan nuestra misión en defensa de la vida. Compartimos desde nuestro testimonio y desde la herencia del carisma de nuestros fundadores, expresado en nuestros documentos institucionales, especialmente la parte que inspira la línea de Justicia, Paz e Integridad de la Creación.

Finalmente, nos dispusimos a comprometernos con esta realidad que le está doliendo al pueblo hondureño y a Dios, concretando posibles líneas de acción y organizando la Comisión de JPIC como Vida Religiosa en la Diócesis de La Ceiba. Nos despedimos de ustedes desde el Centro de Capacitación Siloé, un ámbito de paz y armonía que nos acogió en estos días de kairós y donde estuvimos acompañados por María de Nazaret, la profetiza del magníficat.

“La paz se funda en los derechos de los pobres”
(Papa Francisco, EG 190)