Domingo 2 de julio de 2017
Solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles.
Mateo 16,13-19: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.

Queridas familias, reciban en este nuevo domingo que el Señor nos ofrece la alegría de celebrar juntos la fe.

Celebramos hoy la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, apóstoles. Hacemos memoria de estos dos grandes hombres llamados por Jesús a comunicar al mundo entero la vida nueva que brota de la fe. Dos apóstoles y mártires que dejaron todo por la causa del Reino y que no retrocedieron ante las amenazas y torturas al anunciar el Evangelio.

Pedro, el pescador que deja las redes y sigue apasionadamente a Jesús, a pesar de sus tropiezos y fragilidades. Pablo, el perseguidor convertido por la voz del Señor. Pedro, confesor del Mesías y portador de las llaves del Reino, mensajero de la reconciliación entre los judíos. Pablo misionero incansable fundador de pequeñas comunidades cristianas fuera del judaísmo, predicador enamorado de Cristo muerto y resucitado. Ambos mensajeros de la vida en un imperio que nubló la esperanza de tantos pueblos.

Pedro y Pablo seguimos siendo nosotros… familias con principios cristianos, misioneros y misioneras, predicadores ejemplares de la buena noticia, lumbreras en medio de tanta oscuridad, defensores de la vida y de la justicia en esta sociedad en la que Dios ya parece no contar. Matrimonios nuevos contraídos por amor, hogares llenos de esperanza, educadores de la fe para los hijos, “fundamento” y “piedras vivas” para el Reino que no tendrá fin. Jesús te sigue llamando. Este es el tiempo oportuno.

Pedro, roca; Pablo, espada.
Pedro, la red en las manos;
Pablo, tajante palabra.

Pedro, llaves; Pablo, andanzas.
y un trotar por los caminos
con cansancio en las pisadas.

Cristo tras los dos andaba:
a uno lo tumbó en Damasco,
y al otro lo hirió con lágrimas.

Roma se vistió de gracia:
crucificada la roca,
y la espada muerta a espada. Amén.

Himno tomado de la Liturgia de las Horas.

Cordialmente, P. Freddy Ramírez Bolaños, cmf.