Por: Marianela Rodríguez Rivera, Laica Consagrada
Instituto Secular Misioneras Inesianas
Arquidiócesis de San José, Costa Rica

15.2.2024

VIVENCIA DE UNIÓN DE CONSAGRADOS EN NUESTRA PROVINCIA ECLESIAL

El pasado 3 de febrero del 2024, se realizó la Celebración de la Vida Consagrada en nuestro país, en un cálido y fraterno encuentro. Quisiera referirme a mi experiencia en la Arquidiócesis de San José.

A la luz de la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada en la Iglesia, cuyo lema de fue ‘’Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad’’. Se realizó la celebración Eucarística y un compartir fraterno que llenan nuestros corazones de consagrados.

El reencontrarnos como Vida Consagrada las distintas expresiones que conformamos el amplio abanico vocacional nos genera gran alegría y compromiso con la Iglesia y el mundo en que vivimos. El participar el banquete Eucarístico donde está nuestro principio y fundamento, nos invitó a cada uno a decir: “Aquí estoy, Señor”.

Nuestra celebración inició pasadas las 10 am, en el Santuario Templo Votivo del Sagrado Corazón de Jesús, con la presencia de sacerdotes religiosos, religiosos y religiosas, laicos consagrados (Institutos seculares, Orden de las Vírgenes y Orden Franciscana Seglar entre otros) sacerdotes diocesanos y la presencia del Excmo. Rv Mons José Rafael Quirós Quirós.

La reflexión de la Eucaristía nos motivó a la comunión, a la sinodalidad, a redescubrir nuestra vocación y acompañarnos las distintas expresiones de vida consagrada como ejemplo de unidad con la Iglesia y los valores del Reino para todos juntos expresar “hágase tu voluntad.”

El compartir fraterno fue un abrazo que nos hizo sentir el gran valor de cada vocación, se recibió a la Vida Consagrada invitada al ritmo de la cimarrona (Banda de música alegre típica de Costa Rica) y con mascarada (que es una manifestación de la cultura, la idiosincrasia y la identidad cultural del costarricense) en el gimnasio del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de las Hermanas Oblatas al Divino Amor, entre risas, música se compartió un delicioso almuerzo, que cada congregación asistente aportó para dicha actividad.

Se vivió la fraternidad, se trabajó al servicio de todos con esa característica especial que tiene la Vida Consagrada cuando se une en la construcción del Reino y de la Sinodalidad, se reencontraron hermanos y hermanas, amigos y compañeros de camino en distintos grupos y actividades en la arquidiócesis y lo mejor, que nos reencontramos con Jesús en el hermano consagrado.