Objetivo Específico:

Ayudar a cada claretiano y comunidad en Centroamérica a crecer y fortalecerse en consistencia

vocacional, cohesión comunitaria y generosidad en nuestro compromiso misionero.

1ª LÍNEA DE ACCIÓN:

Concretar algunos dinamismos de espiritualidad y formación permanente siguiendo las

orientaciones eclesiales y Congregacionales.

Actividades:

1. Dinamizando la secretaría de Espiritualidad y Formación permanente apoyándose con un

responsable por país.

2. Estimulando y animando los principales dinamismos personales y comunitarios: ejercicios

espirituales, retiros, planes, reuniones comunitarias, proyectos (personales y comunitarios).

3. Aprovechando los Ejercicios Espirituales como momento privilegiado, volviendo a ellos durante

el año, especialmente en los Retiros mensuales.

4. Participando en la experiencia de la Fragua a nivel congregacional otras iniciativas

congregacionales, de MICLA y de las conferencias de religiosos o iglesias particulares

5. Asumiendo con responsabilidad la etapa del Quinquenio: espacios formativos anuales,

comunicación, acompañamiento, fidelidad vocacional.

6. Favoreciendo las especializaciones desde nuestras prioridades, con experiencias y ofertas

académicas.

7. Aprovechando las ofertas formativas y espirituales que se tienen en algunos países,

especialmente en Guatemala y El Salvador.

2ª LÍNEA DE ACCIÓN:

Impulsar el cultivo de la propia vocación y el fortalecimiento de nuestra identidad carismática en

fidelidad a nuestras raíces evangélicas y en apertura y disponibilidad a la misión.

Actividades:

1. Animando a que nuestras comunidades y cada uno de sus miembros tengan las Constituciones

como punto de referencia y de encuentro de nuestros dinamismos formativos y espirituales.

2. Dedicando un tiempo personal y comunitario para la lectura y reflexión de Palabra diaria, y la

preparación de la homilía.

3. Facilitando y animando la puesta en marcha del plan bimensual programado por la secretaría de

espiritualidad y Formación permanente.

4. Incentivando a que cada comunidad pueda señalar por lo menos un espacio formativo-espiritual

al mes en su proyecto comunitario.

5. Señalando libros y subsidios para la lectura personal y los diversos espacios formativos y de

espiritualidad.

6. Resaltando y compartiendo las conmemoraciones congregacionales y nuestra herencia

martirial.

3ª LÍNEA DE ACCIÓN:

Fortalecer las comunidades como lugares de vida y de compromiso misionero.

Actividades:

1. Incluyendo la formación para la vida comunitaria en las actividades de formación permanente.

2. Ofreciendo ayuda para la elaboración de los proyectos comunitarios y darles seguimiento.

3. Insistiendo a los superiores para que ejerzan el ministerio de ‘superior’ como algo más que un

coordinador de actividades, sino como un servicio a la vida de los hermanos, facilitador de la vida

fraterna, animador de la vida espiritual y de la formación permanente.

4. Acompañando a las comunidades con visitas, reuniones, subsidios, comunicaciones.

5. Impulsando los espacios de encuentro y reunión comunitaria, donde se fomente el diálogo, el

espacio fraterno, la programación y la corrección fraterna.

6. Propiciando el trabajo y formación en equipo, así como el apoyo mutuo.

4ª LÍNEA DE ACCIÓN:

Hacer de nuestro trabajo apostólico fuente de vida espiritual y de gozo vocacional, y escuela de

formación permanente.

Actividades:

1. Renovando cada día, desde la clave del amor, el don recibido y la conciencia de ser enviados.

2. Viviendo como contrastes enriquecedores realidades que se han tenido a veces como dilemas:

oración-acción, vida comunitaria-vida apostólica, liturgia-compromiso con los pobres.

3. Leyendo, estudiando y participando en temáticas relacionadas con nuestro trabajo, apostando

por una mayor especialización en lo técnico-pastoral.

4. Valorando los contextos culturales y religiosos donde estamos presentes como fuentes de vida

y sabiduría.

5. Promoviendo la apertura a la realidad, su análisis crítico y una mayor sensibilización y fidelidad

a los procesos de defensa de la vida en cada país de Centroamérica.

6. Acrecentando el “diálogo de vida”, participando en los espacios de análisis de realidad que

tenemos en los encuentros y conociendo los testimonios de personas comprometidas e insertas

en las causas sociales.