Por Luis Gonzalo Mateo, cmf.

Costa Rica en su conjunto se ha convertido en una casa abierta para acoger a los hermanos y hermanas nicaragüenses que huyen por amenazas a sus vidas. La Iglesia entera, de una manera especial, está trazando líneas acogedoras imbuidas de compasión, solidaridad y acompañamiento. Nuestra casa claretiana ha servido como sede de programación de CONFRECOR (Conferencia de religiosos/as de Costa Rica) a través de su comisión de Justicia, Paz e integridad de la creación. La familia franciscana ha animado este programa como responsables de la comisión de Migrantes y refugiados. Ya se habla de más de 25.000 refugiados y cada día cientos piden asilo. Casi nos desborda la problemática pero no nos desanimamos. Seguimos firmes en llevar adelante las cuatro palabras que aconseja el Papa Francisco en su mensaje para la Jornada mundial del migrante y del refugiado del día 14 de Enero de este año: ACOGER, PROTEGER, PROMOVER E INTEGRAR.

En la asamblea de JPIC-CONFRECOR de este día 7 de agosto, en nuestra casa claretiana,se decidieron estas estrategias a seguir:

  • Abrir nuestras casas religiosas a alguna familia de refugiados. Nuestra comunidad claretiana ofrece el espacio para una familia. Otras congregaciones están ya haciendo lo mism Asegurarnos bien del perfil de cada caso. Estar siempre en coordinación con la oficina de Migración y Extranjería.
  • Formar parte del Foro creado en este país en favor de los refugiados a través de la Oficina de la Defensoría de los habitantes. Todos los últimos Miércoles de Mes a las 8.30 en la sede de la defensoría se celebra una reunión de coordinación. CONFRECOR estará presente con su equipo de JPIC.
  • Convertir la casa claretiana de Ejercicios Espirituales en centro de acopio de alimentos, ropa y demás.
  • Documentar bien a los que solicitan ayuda para evitar a los infiltrados que vienen como espías y a los que vienen con otras intenciones.
  • Solicitar a las escuelas y colegios administrados por las congregaciones religiosas para que abran sus puertas a posibles estudiantes que huyeron precipitadamente por peligro a sus vidas. Ya el Liceo de Costa Rica y la UCR lo están haciendo.
  • Recopilar narraciones concretas bien documentadas de situaciones vividas para enviarlas a nuestras oficinas de la Vida Consagra de la ONU, como “Franciscan International” y la oficina claretiana.
  • Preparar una Pre-Jornada juvenil (JMJ) con jóvenes nicaragüenses que huyeron y se encuentran en Costa Rica ya que los Obispos de ese país suprimieron la Pre-jornada por la situación de violencia que hace imposible esa celebración. Alguno de estos jóvenes viajaría a la JMJ de Panamá para dar testimonio y entregar al Papa Francisco este grito angustioso que debe hacerse oír ante semejante multitud de jóvenes venidos de todo el mundo.