Del 27 de enero al 1 de febrero del 2018, nos reunimos representantes de las diferentes pastorales juveniles Claretianas de Centroamérica, en Las Cumbres-Panamá casa de residencia de los padres Claretianos.

Dicha reunión es parte del camino que nos prepara a la experiencia que viviremos en la sede de la JMJ 2019 en Panamá. En este encuentro se nos animó a ser peregrinos, misioneros/as de puertas abiertas, así mismo nos dispusimos a caminar por barrios cercanos y visitar hogares para animar a las familias panameñas a que reciban a un peregrino, recordando que una sonrisa amable tiene que caracterizar a un buen cristiano, en nuestro caso a un joven con el ADN Claretiano. Reflejando que un joven claretiano es alegre, abrasa por donde pasa, transformando con signos de amor y bondad las vidas de quienes se nos cruzan, al ejemplo de nuestro padre Claret.

El encuentro transcurrió, y correspondía conocer los procesos de FRAGUA en Centroamérica ya que muchas de nuestras comunidades juveniles se formaron, por medio de talleres FRAGUA, los cuales dieron origen a los grupos que llamamos Juventud Claretiana (JUCLA). En la eucaristía del día, por medio de un camino nos invitaban a descalzarnos y dejar atrás todo aquello que nos impedía ponernos en los zapatos de los demás. Cada joven, debe realizar la misión desde su realidad, acompañados por el Espíritu, luego hacer arder el corazón como los discípulos de Emaús, cuando el caminante les explicaba las escrituras, para luego asumirla desde y para la Comunidad.

Acercándose a los pobres, con la alegría del evangelio, en misión compartida, haciendo con otros/as lo que solos no podemos, y valiéndonos de todos los medios posibles.

Continuamos nuestro encuentro, visitamos el Santuario Nacional, nos recibieron con mucho cariño y animamos a la comunidad a recibir a un peregrino. Luego nos trasladamos hasta la comunidad indígena de Guna Nega, en donde los jóvenes Gunas y sus familias nos dieron la bienvenida, compartimos y conocimos la cultura de este pueblo. Ellos nos compartían la alegría de preparar el encuentro mundial de la juventud indígena el año próximo. Nos sentimos alegres por este compartir fraterno y en familia.

También tuvimos la visita del provincial de Centroamérica, el cual nos animaba con 4 tareas importantes:
1. Cuidar nuestra casa común
2. Que nuestra iglesia no es una iglesia común, sino una iglesia desde y para los pobres
3. Nos motiva a vivir la preparación de la jornada mundial de la Juventud de una forma diferente a ejemplo de los/las mártires y beatos
4. María la madre joven cuando dice Sí, está dispuesta a la misión, y cuando dice “Hágase en mí” es también para la misión.

Al finalizar este encuentro, cada joven se lleva el reto de compartir y animar a sus comunidades juveniles a prepararse para este gran evento como familia claretiana, tenemos la misión de transmitir la alegría de ser un joven misionero, vivir la experiencia del amor de Dios y la ternura del Corazón de María, que con este amor seamos capaces de llegar a quienes sufren y son marginados, para anunciarles la Buena Nueva a través de la Palabra y de gestos sencillos.

Nos vemos en Panamá 2019… SOMOS LA VIÑA JOVEN QUE ARDE EN CARIDAD.